#SocioHonorarioCAI – Cecilia Smoglie

El jueves 19 de agosto de 9 a 10 horas, y a través de la plataforma Zoom, se llevó a cabo una nueva charla en la que se nombró como socia honoraria del CAI a  Cecilia Smoglie, Dra. en Ingeniería Mecánica, Lic. en Física y con Postgrado en Ingeniería Nuclear. En el inicio, el presidente del CAI, Pablo Bereciartúa, le preguntó “¿Cómo es el recorrido de la Argentina, en términos del desarrollo de tecnologías para la generación de energía?”.

Smoglie señaló: “En la medida de mi experiencia hemos notado un gran interés de las empresas en el tema. El tema de las energías es polifacético y todas las empresas están vinculadas con la eficiencia energética. Su compromiso con el cambio tecnológico haciendo energía eólica, solar, geotérmica, minería al servicio de las baterías eficientes. Para eso tenemos el enorme recurso natural de la Argentina. Los países del hemisferio norte, que se adelantan al cambio, ponen sus ojos en la Argentina, se fijan en los países donde están las posibilidades para el Green bill. Argentina es un país periférico con todos los recursos, donde abundan las energías renovables y cuenta con rescatable capacidad intelectual para llevar esto adelante. Estamos en el país ideal para ser pioneros en este cambio irreversible”.

Bereciartúa preguntó: “¿Por qué en la Argentina hay pocos chicos eligiendo las carreras de ingeniería. STEM?”

“Un poco por la cultura de lo corto y fácil, la falta de meritocracia. La meritocracia es fundamental y nos favorece a todos. Cuando compite con los privilegios, le quita las ganas al que se esfuerza para que se reconozcan sus méritos. A la larga triunfa el mérito, no el privilegio.

La única ciencia es la física, todo lo demás está de rodillas”, contestó Smoglie.

Bereciartúa preguntó: “¿Cómo estamos en el tema de la igualdad de género, como hemos avanzado y cómo podemos mejorar?”

Smoglie: “Me tocó correr el siglo 20 donde ser mujer, en el ámbito de la física, ingeniería nuclear, ingeniería mecánica en Alemania, y desarrollo industrial en Suiza, era incompatible. El esfuerzo tuvo que ser un poco mayor para estar a la altura de los demás. He visto en los países que nos preceden en los desarrollos culturales, el otro extremo. Eso degrada a la mujer, pertenecer a un cupo. Los únicos que podían tener familia y profesión eran los varones. Tenemos que reconocer la riqueza del varón y de la mujer y cuando van en equipo. El resultado es el equipo. Las chicas suelen ser mejores alumnas y los hombres mejores ingenieros”, señaló.

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