La metalurgia asociada a la industria nuclear en Argentina tiene una historia de varias décadas, con logros como el desarrollo de la capacidad de fabricar combustibles nucleares, tubos de presión y otros componentes clave. Actualmente, la empresa CONUAR está exportando estos productos a varios países, capitalizando el conocimiento adquirido.

Pablo Vizcaino, además de dirigir la carrera de grado en el Beninson, es profesor, investigador del CONICET, se desempeña como Jefe del Departamento de Tecnología de Aleaciones de Circonio e Investigador tecnólogo de CNEA y preside Combustibles Nucleares Argentinos CONUAR, (empresa mixta pública-privada, una sociedad entre CNEA y el Grupo Pérez Companc). En esta ocación fue quién expuso esta clase magistral organizada por la Comisión de Energía del CAI.

Habló acerca del cierre del ciclo de combustible nuclear en Argentina como un proceso histórico y actual que abarca desde los años 60 hasta la actualidad, con múltiples etapas y desarrollos tecnológicos sofisticados. Desde la importancia de la metalurgia en la industria nuclear y su evolución a lo largo de las décadas, hasta el proceso de desarrollo tecnológico propio en la producción de combustibles sofisticados, Argentina ha logrado avances significativos. El descubrimiento de yacimientos de circonia en las playas del sur de Buenos Aires impulsó la producción de circonio en el país, siendo fundamental para la industria nuclear.

La fabricación de componentes nucleares, como los generadores de vapor y los combustibles, demuestra un avance significativo en la tecnología y certificación industrial en Argentina. El desarrollo tecnológico en el sector nuclear ha generado logros significativos, como certificaciones de calidad y avances en la fabricación de componentes nucleares. El ecosistema nuclear argentino destaca por la colaboración entre empresas públicas y privadas, generando un ambiente propicio para el desarrollo tecnológico en el sector y posicionando al país como un referente en la industria nuclear a nivel internacional.

Además, Argentina ha sido pionera en la implementación de reactores nucleares de potencia y de investigación, como el reactor RA-6 y el proyecto CAREM, un reactor modular de diseño nacional que utiliza uranio enriquecido y agua liviana como refrigerante y moderador. Estos avances tecnológicos han permitido a Argentina posicionarse como un país con capacidades en el desarrollo y operación segura de reactores nucleares.

El proyecto CAREM, por su parte, es un ejemplo de la capacidad de Argentina para innovar en el sector nuclear. Se trata de un proyecto de investigación y desarrollo que tiene como objetivo la producción de radioisótopos para uso médico y la generación de energía a través de la fisión nuclear. Este proyecto no solo contribuye al avance científico y tecnológico del país, sino que también tiene el potencial de posicionar a Argentina como un país industrial en el ámbito nuclear a nivel mundial.

En resumen, el desarrollo tecnológico en el sector nuclear en Argentina ha sido fructífero y ha permitido al país avanzar en la producción de componentes nucleares, la investigación y el desarrollo de reactores nucleares, y la innovación en proyectos como CAREM. Estos logros demuestran el compromiso de Argentina con la energía nuclear y su capacidad para competir en el mercado internacional con tecnología propia y de alta calidad.