Ciencia y espiritualidad: ¿dominios complementarios?
El miércoles 12 de agosto, de 18 a 20 horas, se realizó a través de la plataforma Zoom el panel que estuvo a cargo del Ingeniero Alfredo Indaco, miembro de la Comisión Directiva del CAI, acompañado por Alberto Rizzo,Doctorado en Ciencias Físicas en la Universidad de Nueva York, donde se dedicó a los emprendimientos tecnológicos y fundó 19 compañías en 8 países de 2 continentes. En la actualidad Rizzo, divide su tiempo entre emprendimientos tecnológicos/comerciales y la Fundación Vivir Agradecidos, una ONG que fundó con el objetivo de transmitir el mensaje del hermano David Steindl-Rast, alrededor de la Gratitud. El tercer orador fue el Dr. Alexander Laszlo, nacido en Suiza, PhD en Políticas de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Pennsylvania, donde también obtuvo su MA en Historia y Sociología de la Ciencia. Es Licenciado en Ciencias Políticas del Haverford College. Laszlo es Presidente del Consejo del Centro Bertalanffy para el Estudio de Ciencia de Sistemas (BCSSS), Director de Investigación en el Instituto Laszlo de Investigación Nuevo-Paradigma, y Colaborador Global del Global Education Futures (GEF), entre otras funciones académicas. Los tres profesionales dialogaron sobre la relación entre Ciencia y Espiritualidad y de qué manera ambas pueden retroalimentarse. En el inicio, el Ing. Indaco realizó una breve presentación del tema. “Cuando el CAI me ofreció participar de estos encuentros, estaba leyendo un libro de escritos místicos de grandes científicos de la humanidad, y me llamaba la atención la profundidad que estos personajes le daban a la espiritualidad y la humildad con la cual abordaban estos temas. En estos días, preparando esta charla conectados con el Lic. Rizzo y el Dr. Laszlo, redescubrí un mundo interno mío que probablemente siempre estuvo ahí, que me hizo replantear cosas y me dejo una sensación de bienestar, era algo nuevo acerca de la aburrida vida que llevamos y que los medios se encargan de inundar. Muchas noches me iba a dormir pensando que es la espiritualidad para mí, y probablemente la definición de espiritualidad es algo que yo sé, positivamente, que existe en algún lugar de mí, que es trascendente, pero que no puedo expresar con palabras”, señaló. Rizzo dio el puntapié inicial. “Yo estudié física, porque de chico sentía que la naturaleza tenía un misterio que debía comprender. No me daba lo mismo que las cosas funcionaran de un modo y no de otro. Y también, por el entorno social en el que nací, tuve experiencias espirituales fuertes, sabía que había espiritualidad, quiero tratar de contar que Ciencia y Espiritualidad pueden convivir perfectamente. Porque hay un conflicto entre ambas: son representaciones que el ser humano utiliza para apuntar a realidades complejas, que tal vez lo tengamos que experimentar. La espiritualidad se mide por la intensidad con que vivimos, a diferencia de la religiosidad. Abraham Maslow estudió por qué las personas más creativas, plenamente vivas y positivas eran de esa manera. Descubrió que todas habían tenido experiencias de Unicidad, experiencias de lo infinito y eterno a las que llamó, experiencias cumbres. Lo espiritual es el mundo de lo invisible, de lo trascendente, de lo infinito, del misterio. Cuando los seres humanos se dejan atrapar por este misterio, se vuelven más humanos, más plenos, más vivos. La humanidad ha dado algunas respuestas a la diferencia que hay entre espíritu y materia. La primera es que el espíritu es un epifenómeno de la materia. Sin materia no hay espíritu. Y la segunda postura es que Ciencia y espiritualidad son dominios complementarios, son dos caras de una realidad doble”.
Luego fue el turno de Alexander Laszlo quien arrancó señalando que “lo que estamos haciendo en este diálogo de tres, es pensar un poco lo que nos hace humanos. Tenemos que diferenciar entre cosas, pero también tenemos que integrar. Por qué muchas veces lo que hacemos, al tratar de entender algo a través de una visión analítica, es seccionar la realidad y lo ponemos en sus partes. Pero la realidad no viene en diferentes paquetes, nosotros lo hacemos así y lo dividimos en partes. Por eso es que debemos reintegrar para poder analizar el todo. Albert Einstein dijo: ‘Un ser humano forma parte del todo que nosotros llamamos universo, una parte limitada temporal y espacialmente. Experimenta su existencia, sus pensamientos y sus sentimientos como algo separado del resto, como una especie de ilusión óptica de su consciencia. Esta ilusión es una cárcel para nosotros, que limita nuestros deseos y nuestro afecto por las pocas personas más próximas a nosotros. Nuestra tarea debe ser la de liberarnos de esta cárcel, aumentando nuestro círculo de compasión para abarcar todos los organismos con vida y toda la hermosa naturaleza’”.
Durante la ponencia los oradores justificaron, varias veces, lo difícil y complejo de profundizar sobre un tema “tan profundo y complejo”, limitándose al tiempo de una charla vía zoom, y advirtieron que se trata de un tema “que hasta podría tratarse en un seminario mucho más largo en su extensión”. Lazslo, se apoyó- al igual que Rizzo- en una serie de gráficos para reforzar su tesis y explicó que, junto a su padre Ervin Lazslo, escribieron un libro llamado ‘¿Qué es la realidad?, el nuevo mapa del cosmos y sus consecuencias’, en el que exploraron los cuatro tipos, o modelos, de conciencia existentes, que van de los menos místicos a los más místicos: el modelo Turbina de la mente; el modelo Disco duro, el modelo Nube de la Mente y el modelo Holográfico de la Mente. Luego se refirió al Cosmos No Dual, en dónde todas las cosas, desde la materia y energía hasta la mente, surgen de una misma fuente, y explicó que esa fuente “está compuesta por la vibración” y que “todas las cosas están compuestas por varias conformaciones de paquetes de vibraciones”, lo que finalmente determina la “Coherencia y Súper Coherencia”.
Al finalizar la exposición, el Ing. Indaco lanzó la pregunta “¿Que es la vida?”, y el mismo respondió, de acuerdo a su mirada de Ingeniero. “La vida es un sistema que en principio se organiza de tal manera de violar la segunda Ley de la Termodinámica, que es que el Universo tiende a la máxima entropía. Para los no ingenieros entropía, es sinónimo de desorden. O sea, cuando un vaso se nos cae y se rompe, se desparraman los pedazos y por qué si se nos caen esos pedacitos, no se arma un vaso. En realidad, la probabilidad de que agarrando esos pedacitos del suelo y tirándolos se arme un vaso, existe. Es una posibilidad en un billón de billones. Los procesos del universo tienden a la máxima entropía y hay quienes afirman que la máxima entropía, es decir el fin del universo, será cuando todo ese equilibrio dé cero. Ahí se terminó el tiempo existencial, si uno quiere. Por eso diría que la vida, para un ingeniero que estudió termodinámica, es un sistema que por alguna razón misteriosa se opone al desorden. Lo que yo no puedo contestar es: ¿Por qué?”.
Más adelante, fue el tiempo de las preguntas de los presentes, que en esta oportunidad superaron en cantidad y complejidad a las habituales de otras charlas, y también el alcance de las respuestas necesitó de más tiempo por parte de los expositores. “Creen que el alejamiento de la ciencia de la espiritualidad no lleva a la destrucción de la humanidad”, quiso saber uno de los presentes. “Está claro que esta aproximación del mundo de los externo, que nos hizo exitosos está generando como que nos pasamos de rosca. Todo se resuelve desde lo exterior y hemos perdido ese mundo interior. Y lo que ha sucedido, es que se ha construido por esta mecánica, una cultura y una sociedad que tiene características VICA: Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, en definición de Zygmunt Bauman, sobre la cualidad de lo moderno. La realidad actual, con esta complejidad, no puede resolverse de igual forma a la que veníamos haciendo hasta ahora con lo cual hay que pensar nuevos modelos, nuevos paradigmas. Si solo pensamos en la Ciencia como la salvadora, definitivamente la respuesta es no”, explicó Rizzo.