El jueves 15 de octubre, de 18 a 19.30 horas, se realizó la charla organizada por la Comisión de Energía del Departamento Técnico del CAI. El Ingeniero Carlos Alfaro, Presidente de la Comisión de Energía, abrió la charla y sostuvo que, “en este encuentro, proponemos qué hacer como humanidad, como ingenieros, analizar cómo mejorarlo, remediarlo y atenuarlo porque debemos bajar a toda costa las emisiones de dióxido de carbono”. Luego presentó a Martín Fraguío, director de Carbon Group Agro-Climatic Solutions, quien comenzó su exposición señalando que hay soluciones basadas en la naturaleza que ocupan varias tecnologías y que, a la hora de analizar el cambio climático, se debe pensar en temas de stock y de flujos. Indicó que la agricultura es responsable del 27% de las emisiones totales y que, dentro de ella, la principal corresponde al ganado vacuno, razón por la que, sostuvo, “en la discusión de emisiones hay que entender cómo se mide y, a partir de ahí, definir cómo se puede administrar para preguntar entonces qué es sostenible”. Señaló que este aspecto es de particular relevancia para la Argentina porque “las emisiones de productos agropecuarios están sobrestimadas” y se sigue trabajando con inventarios basados en información no actualizada que no se ajusta a la situación real.
“Un país como la Argentina tiene que trabajar en tratar de que todos los cálculos sean los más precisos posibles porque hay muchas batallas comunicacionales, en donde la vaca es la responsable de todos los males sin tener en cuenta el funcionamiento de los ecosistemas”, subrayó. Por esa razón, consideró que si el sector agropecuario utilizara las diversas tecnologías disponibles, como maquinaría agrícola, fertilización variable, entre otras, “no sólo tendría un beneficio económico porque estaría bajando sus costos de producción” sino también ganancia aunque advirtió que, “para generar rentabilidad hay que invertir en ellas”. Esto permitiría trabajar en potenciales secuestros de carbono en todos los ecosistemas a sabiendas de que ya no existe una bala de plata para mitigar los efectos globales del cambio climático, aunque insistió en que las soluciones basadas en la naturaleza pueden ser parte de la resolución. Especialmente porque los suelos del mundo podrían capturar el 25% de las emisiones totales pues la fotosíntesis de los pastos es mucho más eficiente que la de los árboles. Razón por la que insistió en “saber qué se debe medir, buscar las ecuaciones más adecuadas e informarlas correctamente” porque, señaló, “aunque se hable el mismo idioma, lamentablemente, las palabras no tienen los mismos significados entre los sistemas financieros, de comercio, cambio climático y de producción agropecuaria. Una tarea como ingenieros es que este lenguaje debe ser unificado y basado en la ciencia, y no en ideología o prejuicios, que aporten a la resolución de los problemas que enfrenta la humanidad”, concluyó.