El martes 1 de noviembre, desde el Centro Argentino de Ingenieros se organizó una nueva charla del Ciclo Perspectivas, en este caso con el ingeniero Julián Maldonado Morello, integrador en el área de física de vuelo y gerente de proyectos de sinergia para nuevas tecnologías en Airbus Commercial; Helicópteros Defensa & Espacio y Movilidad Aérea Urbana. Se trata de un profesional muy vinculado al Centro Argentino de Ingenieros, ya que ha participado de dos ediciones de los Premios Pre-Ingeniería (años 2000 y 2001), y actualmente es uno de los evaluadores del actual concurso Pre-Ingeniería 2022. Por otra parte, el Ing. También participa del programa de Mentoreo, que realizan el CAI y la Fundación Williams.
En el encuentro, el presidente del CAI, Pablo Bereciartúa, hizo una introducción sobre el recorrido profesional de Maldonado, para luego empezar una serie de preguntas sobre los diferentes diseños realizados en su carrera, desde un avión propulsado por Potencia Humana hasta el futuro cercano de la Aviación a Hidrógeno desde su participación en Airbus, y sobre todo buscar entender las posibilidades que tenemos en el país a través de los avances tecnológicos registrados alrededor de la movilidad aérea.
El Ing. Maldonado Morello abordó una de las problemáticas analizadas, que ha sido el enorme impacto de la pandemia en las áreas de turismo y aviación, que claramente habían sido los sectores más perjudicados, ya que el 90% de todas las flotas estaban en tierra. Sin embargo, ese punto de quiebre fue una oportunidad para considerar otras técnicas e innovaciones relacionadas con la descarbonización y el impacto climático que los aviones provocan en el medio ambiente.
Bereciartúa hizo mención a los aviones a hidrógeno y experiencias como las de Elon Musk, como una introducción para saber el porqué del gusto del invitado por la aviación. El actual gerente de Airbus comentó que “desde chico hacía aviones de papel con los que jugaba”, que si bien se considera un piloto frustrado, “supo encontrar su lugar en la ingeniería, orientando sus estudios hacia la aviación”. Una de las anécdotas de su tiempo de estudiante es que resaltó su “hábito de búsqueda de información en bibliotecas, prácticas que con el paso del tiempo fueron incorporando otros tipos de soportes”.
Maldonado afirmó que “para volar con hidrógeno hay que comunicar muchas tecnologías, que incluye el vuelo autónomo, la posibilidad de incluir la reutilización y la factibilidad del vuelo automático, proceso de mejoras que la pandemia de algún modo provocó”.
Asimismo, adelantó que “dentro de 3 o 4 años se probarán modelos de aviación con menos emisión de dióxido de carbono, acorde con los requerimientos de la Unión Europea de emisión cero para 2050”.
El presidente del CAI quiso saber sobre los riesgos de las nuevas tecnologías con el contexto de la aviación, entre ellos el uso de drones y la complejidad de los transportes de carga.
En este caso Maldonado reflexión sobre lo que implica “certificar la seguridad de los aviones con análisis exhaustivos”. Maldonado considera que la movilidad autónoma va a hacer algo común, “pero para eso es necesario un proceso de control aéreo e inteligencia artificial”. Señaló que “las autoridades que certifican un avión deben saber que ese sistema predictivo debe manejarse en forma autónoma, situación que ha encontrado ejemplos en Airbus, con experiencias de coches voladores que pueden realizar vuelos para 4 o 5 personas en espacios reducidos”, contó.
Otro punto que consideró tener en cuenta es que “poner hidrógeno en el avión requiere diseñar otro aspecto de los aviones, con materiales flexibles que modificarán la imagen tradicional que tenemos de los aviones con alas extendidas, el mantenimiento también será diferente, ya que los ingenieros verán muchos cambios en la década siguiente a consecuencia de la inteligencia artificial, sobre todo con el tema de tomar decisiones en pleno vuelo ante alguna complicación”.
Bereciartúa preguntó si se registraron experiencias frustradas con la aviación comercial de larga distancia.
Aquí el Ing. Morello comentó que le tocó “analizar experiencias de vuelo de 17 horas de recorrido”, lo que le ha planteado desafíos como fabricante de aviones, en este caso “observa varias posibilidades de ese tipo de vuelos desde Argentina, donde lo que se busca es que haya comodidad y un sistema de entretenimiento para tolerar las horas excesivas de vuelo, que incluye las horas previas de chequeo, envío de maletas y tramitación”.
En cuanto a la rentabilidad de los vuelos, Morello considera que el modelo que se discute “está orientado para vuelos más cómodos, donde se tienen en cuenta el costo de combustible y mantenimiento, sin perder eficiencia, pero que la disposición interna de los aviones es deber de las compañías aéreas”. Asimismo, considera que “debería haber una coexistencia entre los vuelos low cost y las líneas de bandera”.
Para el final de la charla, destacó nuevamente el prestigio de los profesionales argentinos en el exterior, al tiempo que Bereciartúa compartió varias preguntas de los oyentes, entre ellas las posibilidades de utilizar combustibles sintéticos, el nivel de infraestructura para utilizar el hidrógeno, y la situación de las materias primas.