El martes 6 de julio, se llevó adelante un nuevo encuentro del ciclo sobre agro que contó con la moderación del Ing. Héctor Huergo, Pro-secretario de Redacción de Clarín Rural, donde se conversó sobre gran desafío nacional: la expansión de la frontera agropecuaria a 110 millones de hectáreas, propuesta que implica duplicar la superficie actualmente dedicada a la producción de alimentos, fibras y bioenergía en la Argentina. La apertura estuvo a cargo del Presidente del CAI, Ing. Pablo Bereciartúa y tuvo como oradores a los ingenieros Aníbal Colombo y Lorenzo Basso.
A modo de introducción, Huergo, analizó brevemente el contexto compartiendo el concepto “cero agua dulce al mar”, que lleva a “resolver una cuestión que tiene antecedentes desde principios de siglo, cuando mi bisabuelo, el Ing. Luis A. Huergo, evalúo propuestas relacionadas con las nacientes del rio Bermejo, situación que a pesar del paso del tiempo aún deja al descubierto la ausencia de una gestión política de largo plazo”, dijo.
Continuó el Ing. Basso, quien compartió una presentación sobre un proyecto estratégico para la utilización del agua, promoviendo el desarrollo económico y social de la Argentina y planteó una serie de objetivos, vinculados a “la necesidad de expandir la superficie productiva del país en 70 M de hectáreas, mitigando las inundaciones y sequías y limitando el vertido de agua dulce al océano”, señaló. Para Basso, “el impacto económico final es duplicar las exportaciones agrícolas y ganaderas, con efectos en otras cadenas de valor como la de minerales, autopartista, informática, telecomunicaciones y turismo entre otras”.
En relación a los objetivos específicos, mencionó sobre la ocupación del territorio, ya que el proyecto comprende zonas de muy baja densidad de población (0,01 hab/Km2), sobre el impulso del trabajo (4 M de personas activas) y la radicación de poblaciones, y lo que significa la participación de obreros, profesionales, científicos, empresarios y artesanos. Asimismo, consideró el desarrollo de infraestructura vinculada al desarrollo de la producción y las nuevas poblaciones, incluyendo en este escenario el trabajo con rutas, vías férreas, ríos, canales navegables y puertos.
Basso, se refirió a “la necesidad de la forestación para control de la erosión del suelo, la recuperación de especies autóctonas y la protección de la fauna con corredores ecológicos”, expresó.
A su turno, el Ing. Colombo se refirió a la necesidad de “mejorar el trabajo con el agua para poder mejorar el riego, enriquecer los humedales y generar napas para hacer la vida posible en zonas carenciadas”, dijo. Se trata de un proyecto en el que Colombo viene colaborando desde hace más de 25 años, “con un nivel complejo de implementación en cuanto a lo que implica el riego y transporte, vinculado a un mayor aprovechamiento del río cuyas aguas van al mar”.
El evento finalizó con la reflexión Pablo Bereciartúa, quien solicitó destacar el cómo se puede hacer un proceso para invertir en estas ideas y aplicarlas en una agenda, ya que no hay que descuidar que al llevar adelante un desarrollo productivo lo que se está repartiendo es el futuro de un valor.