La última charla de este Ciclo 2022, coordinado por el Ing. Agr. Héctor Huergo, pro secretario de redacción de Clarín Rural y responsable de contenidos del Hub Rural del Grupo Clarín, se llevó a cabo el miércoles 2 de noviembre y contó, como orador principal, con la presencia del Ing. Gustavo Kahl, CEO de Marfrig, la mayor productora mundial de hamburguesas. Kahl, es ingeniero industrial, graduado en el ITBA y posee un posgrado en negocios por la ESADE Business School, además cuenta con 30 años de experiencia en la industria de la carne bovina, tras haber sido CEO de Swift Argentina y CEO de JBS Cono Sur y presidente de Cargill Beef Argentina.
La apertura de esta charla, última de este Ciclo, estuvo a cargo del Ing. Pablo Bereciartúa, presidente del CAI quien señaló “lo que podremos ver y aprender, muchos de nosotros, es el cambio que se está dando a nivel global, que tiene que ver con la alimentación y también con la cultura, Y creo que allí hay muchas cosas que están sucediendo, y que a los que no estamos muy metidos en el día a día de esta industria, nos sorprenden, y nos hacen pensar si son amenazas u oportunidades que se abren para la Argentina”
Le siguió el Ing. Huergo quien dijo que “hoy veremos una de las tercera pata de la cadena de producción de alimentos, basada en la carne y la verdad es que la mayoría de la gente tiene una imagen un poco bucólica de esto: la vaquita pastando al costado de la ruta. Pero vamos a ver en profundidad de que se trata esta industria. Cuando uno va al supermercado, ve esas góndolas de metal que mantienen en frío toda la proteína animal y esto encierra varias ingenierías e industrias. La del metal, que es el contenedor; la del frío, tan necesaria para mantener el estado de esa proteína y los diferentes cortes de esas carnes que se exponen allí. O sea, la cadena de la proteína animal atraviesa varias ingenierías para poder existir tal como la conocemos”.
Después de unas palabras introductorias, por parte del Ing. Huergo, este le dio intervención al Ing. Kahl, quien se presentó ante el auditorio, presentó su empresa, para luego introducirse en la cadena de la carne.
“En los últimos años, la producción mundial de carnes ha crecido. De las 192.300 toneladas del año 2000, hemos pasado a unas 270.000 toneladas de producción cárnicas en el 2022, incluyendo carne bovina, cerdo y pollo. De estas la que más ha crecido, en el mismo lapso de tiempo, es la de pollo, que se ha duplicado; la de cerdo ha crecido un 30% y la de carne bovina se mantiene casi igual, solo ha crecido unas 6 mil toneladas. Es por eso que hoy el mercado de carnes está dominado en un 41% por la de cerdo, un 37% la de pollo y un 22% la bovina. En ese mercado EE.UU es el principal productor, seguido de Brasil, China, UE, India y Argentina en el 6º lugar. En cuanto a la exportación, Brasil vá a la cabeza, seguido de EE.UU, India, Australia y Argentina, y luego le sigue la UE. Pero si vemos quienes son los principales importadores de carnes, observamos a China encabezando la nómina, luego le sigue EE.UU., Japón, Corea del sur, Chile y la UE”, contó Kahl.
“La carne vacuna es la de mayor valor, y es la más requerida, por ejemplo, por China, que a medida que su población vaya creciendo en su poder adquisitivo, va a requerir mucho más demanda. En este punto, es necesario aclarar que la India, que es el 5º país productor, tiene toda una industria basada en la carne de búfalo. En este caso, la Argentina aporta el 5% de la producción global. En el caso de los EE.UU, es el mayor productor, pero al mismo tiempo es uno de los principales exportadores y también uno de los principales exportadores, ya que compran carne mucho más magra para volcarlo, casi en su totalidad, a la producción de hamburguesas. La Argentina exporta unas 800 mil toneladas de carne de res con hueso, que más o menos representa el 6% del comercio mundial de carne. Pero hay países donde nuestras carnes no pueden entrar, cómo es el caso de Corea y Japón, ya que allí es Uruguay uno de los países habilitados para vender. Si bien Argentina hoy ocupa el 5º lugar, a principios de siglo pasado, fue el principal país exportador de carne, cerca del 2015 sufrimos una muy marcada caída que nos llevó a ser el país 15º, exportador del mundo”, explicó.
“Si miramos un poco el lado de la demanda de carne vacuna, quería comentar la importancia en el crecimiento de las importaciones de China, ya que para el año 2012, apenas comenzaba a importar carne y hoy, 10 años después, ya es el principal importador, a tal punto que compra el 32% de las producción mundial. Aún el porcentaje de gente que consume carne en China es muy bajo, sin embargo a futuro necesitará más cantidad de carne, ya que hoy está en unos 6% de kilos por persona por año. Con lo cual hay un espacio muy grande para crecer, si tenemos en cuanto que solo en la Argentina consumimos unos 50 kilos por persona por año, y teniendo en cuenta que hemos bajado”.
“En cuanto a la cadena de valor de la carne en la Argentina, la carne vacuna es la que lidera la capacidad de empleo. Hoy se emplean desde la producción en el campo hasta el embarque para exportar, unas 400 mil personas. Esta cadena exportó el año pasado por U$S 3.500 millones, esto a pesar de las restricciones que existen, muchas de las cuales no estamos de acuerdo, ya que se dice que están para proteger el mercado interno y sus precios. No podemos exportar carne con hueso, no podemos exportar asado, vacío, matambre, nalga, paleta, entre otros; tenemos cupos por empresa para exportar libremente; debemos exportar carne vieja, categoría D y E; tenemos un 9% de retenciones, entre otras restricciones. Si observamos el stock ganadero argentino, en los últimos años este disminuyó: llegamos a estar en los 58 millones de cabezas y llegamos a 48 millones, pero después de las restricciones pasamos a los 53 millones de cabezas, por lo que hoy tenemos una faena de alrededor de 13 millones de cabezas por año. Pero vemos que existe una oportunidad de tener una producción mucho más intensiva y llegar a empatar valores de Australia y EE.UU que rondan el 36/38% de extracción, cuando hoy estamos en 24%. También tiene que ver con el peso promedio de la faena en argentina, hoy estamos en un promedio de los 230 kilos por animal faenado, y acá damos una ventaja muy grande. Si comparamos con Uruguay y Brasil, tenemos entre 20 y 40 kilos de diferencia. Porque el argentino está acostumbrado a comer carne liviana: ternera, novillito, vaquillona. Los mercados de exportación nos pagan más por animal más pesado, lo cual el día que podamos producir y faenar animales más pesados, tendremos un incremento de producción muy significativa. En cuanto a las oportunidades perdidas, Brasil incrementó su producción por año, pasó, en el año 81, de 120 millones de cabezas a 220 millones en los últimos 40 años y con eso triplicó la producción de carne. En ese mismo período el stock de la argentina se mantuvo igual, con lo cual ahí perdimos competitividad, presencia, la posibilidad de tener carne más económica en el mercado interno, es decir no hemos tenido un aliciente a la mayor producción. En la argentina la mayor producción ganadera pertenece a establecimientos pequeños, por lo cual si se los incentiva, podrían llegar a producir mayor stock y de mayor calidad”, finalizó el Ing. Kahl