El lunes 19 de diciembre se llevó a cabo en la Biblioteca del CAI el cierre del año del Ciclo en el que el Ingeniero Pablo Bereciartúa, presidente del CAI, dialogó con el Ingeniero Miguel San Martín, jefe de Ingeniería de la sección de Guiado y Control de JPL de la NASA.
Al comienzo, Bereciartúa abrió la jornada: “Queríamos darnos el gusto en esta última charla del Ciclo, de este año, de charlar con Miguel, que es nuestro Socio Honorario, sobre un tema que es estratégico que es cómo pensar el desarrollo de un país dándole protagonismo a la ciencia y la tecnología. Como hacer para que un país se desarrolle en base al conocimiento, que es tal vez hoy, el verdadero desarrollo sustentable.
Hoy vamos a ver, algo muy competitivo, que es çómo los países crean valor, cómo se hace para usar la tecnología como si fuese un deporte y poder pasarla bien haciendo eso. Poder generar equipos que sean capaces de tomar desafíos de magnitud y al mismo tiempo, poder hacerlo de una manera continua, con políticas que van más allá de los nombres propios, con tendencias e iniciativas y con participaciones que mezclan al sector público con el privado, y que logran excelentes resultados. Podríamos decir, entonces, que vamos a tratar ver cómo ser campeones del mundo usando la ciencia y la tecnología”.
Queremos, Miguel, que nos cuentes ¿en qué está trabajando ahora? ¿Cuáles son, hoy, los desafíos, y por qué se está haciendo esto?”
“Hoy estamos trabajando en la Misión Mars Sample Return, en la que estamos al principio de su desarrollo. Hoy los científicos están muy seguros que hace 4 mil millones de años, cuando en la tierra surgían los primeros indicios de vida, Marte era un planeta muy parecido a la tierra: era húmedo, cálido, con ríos, lagos, es decir tenía todas las condiciones para que surja la vida. Entonces el interés hoy es saber si surgió vida en Marte. Por lo tanto es como si fuera un laboratorio para probar si eso fue posible, o si realmente pasó. En esta foto (que se mostró a través de una diapositiva) se puede ver como un río formó un delta en la superficie de Marte y es un poco el indicio de que alguna vez tuvo una atmósfera apta para la vida. Es por eso que diversos países tienen un especial interés en Marte, ya que de confirmarse, sería un gran descubrimiento, y obviamente estamos hablando de vida microscópica. Las primeras misiones Viking I y II en 1976, fueron muy ambiciosas y extremadamente caras, y nos encontraron ningún indicio de vida presente. Fue un fracaso tal que debieron pasar más de 20 años para que a fines de los 90 se enviara otra misión solo con el fin de investigar si pudo haber agua, en algún momento. Lugo en otras misiones, Curiosity y Perseverance, se pudo comprobar que el agua existió y con las características de PH propias para la vida, y finalmente hasta se encontraron algunos compuestos orgánicos con lo cual esa etapa ya se concretó y se confirmó. Ahora la pregunta es ¿hubo vida o no? Lo que se está haciendo ahora son una serie de misiones a Marte que de a poco, van tomando muestras de Marte, de un pedazo de Marte, para traer a la tierra y analizarlas. Esas muestras que ahora se están tomando, deben hacerse de forma científica para mejorar las probabilidades de que tengan la evidencia que estamos buscando. No todo lugar de Marte es interesante. Incluso, dicen los científicos, que si uno quisiera buscar restos fósiles de vida, no es fácil. Esta misión es tan grande en el gasto y la inversión que hay que hacer que es por eso que la NASA y la Agencia Espacial Europea lo hacen en conjunto. Ya está en Marte el vehículo Perseverance, tomando muestras de lugares estratégicos y poniéndolos en recipientes termosellados. Este Rover aterrizó en el crater Jezero, que fue elegido por los científicos que integran esa comunidad del mundo y que llevó un proceso de años, y justamente se eligió ese cráter porque se cree que hace miles de años pudo haber estado inundado de agua, o sea se formó un lago, y que tenía un par de ríos que desembocaron allí. Ahora obviamente está seco, pero en las imágenes se observa un amplio delta que estuvo allí. Ese delta es muy propicio para buscar esta evidencia que se quiere obtener. Esta misión llegó a Marte en febrero de 2021. El lugar elegido es terrible para el trabajo de la ingeniería respecto al momento de amartizaje, pero para eso los ingenieros trabajaron muchos años planificando cada detalle de esa operación. La operación para recoger el material que Perseverenace dejará en un lugar específico de Marte, se iniciará en 2027 con el lanzamiento de la nave que deberá recoger en órbita el habitáculo con las muestras. En 2028 sale la nave que las recogerá y llegarán a la tierra para el año 2033, así que tenemos para bastante tiempo”
¿Cómo se puede explicar por qué se hace esto, o para qué, desde el lugar donde vos trabajas en la NASA?
Esto es ciencia pura cuyo único objetivo es científico. Nuestros “clientes”, les digo yo, son los científicos que ponen estas inquietudes. Lo diferente entre el presente y Newton, por poner un ejemplo, es que para responder estas preguntas se necesitan recursos de una Nación, ahí es más complejo porque hay que convencer a través del sistema democrático que esto vale la pena hacerlo. Y es difícil porque estamos sacando recursos que se podrían utilizar para otras cosas más urgentes o más tangibles en el día a día. De estas misiones salen muchísimas cositas que el día de mañana nos pueden mejorar nuestras vidas. Pero no es el objetivo principal, por lo cual se hace. La NASA tiene una página web en donde se explica cómo nos beneficiamos día a día de todas estas actividades. Cuando hacemos esto, beneficiamos al otro también, pero en forma que jamás podríamos predecir.
También debe haber muchos privados que trabajan para estos proyectos, como ejemplo podríamos citar a Elon Musk de Space X o Jeff Bezos de Amazon, pero que también se benefician con los resultados y con la experiencia de complementar algo de lo que contaste, porque no son científicos, pero tienen una lógica vinculada con el beneficio. O sea, cada vez vemos más actores del sector privado que invierten en estas cosas. ¿Cómo está funcionando eso?
La NASA siempre trabajó con empresas privadas, desde su fundación. Pero también hace una licitación para los privados. La gana un privado y después la NASA supervisa y aplica su estándar técnico. Por ejemplo todas estas misiones de Marte la hacemos nosotros “in house” pero con componentes que compramos a la industria privada. También se hace una licitación por ejemplo, para el cohete que llevará la misión. Elon Musk es un jugador más de ese sistema de privados, pero su relación de los últimos 10 años, ha cambiado un poco, ya que ellos también diseñan, por ejemplos cohetes y los fabrican. Son las licitaciones por contenido de lo que hay que llevar. Esto salvó su empresa. La NASA pago un servicio que obviamente le salió más barato que hacerlo ella, pero fue algo muy controvertido, porque salió, por suerte tan bien, que cuando quisieron enviar seres humanos a la estación especial, hicieron los mismo. Es decir un contrato de servicio para llevar y traer a los astronautas a la tierra. Hoy es una simbiosis, y ha innovado muchísimo. De hecho existe una importante transferencia de conocimiento, que ha sido solventado con impuestos de la Nación, que contrata Space X a la NASA.
¿Cuáles son tus reflexiones para la Argentina, que cuenta con un buen capital humano, para utilizar parte de esta fórmula que nos contabas, como una política de desarrollo del país, y qué ves vos de las posibilidades del país?
Desde el punto de vista de capacidad humana está al nivel de los grandes países. Lo que le falta, me parece a mí, es el plan de estabilidad económica para que las compañías privadas se queden en el país, crezcan y puedan prosperar y se produzca un efecto virtuoso. Ya lo hemos visto con compañías que tienen un importante mercado externo. Para aquellos que creen que el mundo está cerrado, no es así. Nosotros en la NASA, si necesitamos un componente y está más barato en algún país de Europa, lo compramos ahí.
¿Y se lo comprarían al que esté en la Argentina?
Totalmente. Si es más barato y funciona, se lo compramos. Hoy mismo lo estamos viendo con países como Nueva Zelandia, que está haciendo un montón de cohetes lanzadores, y que quizás compiten con Space X, y que están conquistando nuevos mercados. Las oportunidades existen en el mundo. Pero si no se ponen las pilas, va a ser uno de los pocos países en que esto no pase.