El miércoles 17 de agosto, se llevó a cabo una nueva charla de este Ciclo, que en esta oportunidad tuvo como invitado al Profesor Nicolás Shumway, autor de los libros “La Invención de la Argentina: Historia de una Idea” e “Historia de una pasión Argentina”. El encuentro contó con la moderación de Guillermina Rosenkrantz, Doctora en filosofía, y la participación del Ing. Pablo Bereciartúa, Presidente del CAI, quien mantuvo un diálogo con el profesor Emérito de Humanidades de Rice University.
Pablo Bereciartúa dio inicio a la conversación, donde consideró la necesidad de vincular ideas para cambiar la realidad de los países, razón por la cual planteó sobre el sentido de pensar el porqué de las ideas.
Para explicar esta respuesta, Shumway compartió los versos de un poema de Ernest Renan, donde expresa que la existencia de una Nación es de algún modo un plebiscito cotidiano. Para el autor, un país debería poder celebrar su herencia de gloria, así como interpelar su presente. Con otro poema, esta vez de Olegario Andrade, buscó ilustrar el recorrido de la Argentina asociado a un destino especial, con una historia que la encadenó a la conquista española, dando por entendido que un país debe tener conciencia del pasado pero a la vez un proyecto de consentimiento con el presente.
Para Shumway, en este caso se advierte una disyuntiva, sobre todo si consideramos en ese contexto lo que significó el masivo ingreso de inmigrantes, los desarrollos tecnológicos de los ferrocarriles, la calidad de la educación pública, los valores de la vida cultural que caracterizaban al país a principios del siglo XX, todas razones para celebrar dicho crecimiento, y sin embargo, en el mismo plano, algo de todo ese progreso se podía considerar postizo, por el hecho de que invisibilizó de alguna manera la autenticidad del país.
Siguiendo con el argumento, el profesor Shumway citó el libro “Una excursión a los indios Ranqueles” de Lucio Mansilla, donde figura un texto que considera clave para entender el clima político de principios de siglo, allí se lee que “la monomanía de la imitación quiere despojarnos de todo: de nuestra fisonomía nacional, de nuestras costumbres, de nuestra tradición. Nos van haciendo un pueblo de zarzuela. Tenemos que hacer todos los papeles, menos el que podemos. Se nos arguye con las instituciones, con las leyes, con los adelantos ajenos. Y es indudable que avanzamos…esas corrientes nos modelan como blanda cera, dejándonos contrahechos”. Para el autor, esos avances significan otro ejemplo de que fueron en contra de la autenticidad del país.
Luego compartió una cita de Raúl Scalabrini Ortíz, presente en su libro “El hombre que está solo y espera” donde se otorga indicios de esa autenticidad mencionada por Mansilla, allí dice “tuvieron ideales, escorzos de ideales que aparecían al alcance de la mano. Creyeron en la ciencia, a pie juntillas. Los biólogos, los fisiólogos, los químicos, los astrónomos y los mecánicos fueron los sacerdotes laicos de su religión. En pocos años trastornaron la dinámica del país. Se aliaron al capital extranjero y juntos fundaron pueblos, tendieron ferrocarriles, construyeron puertos, dragaron canales y diques, importaron máquinas, repartieron la tierra y la colonizaron. En esas procuraciones se atarearon, y desatendieron el espíritu del país”.
Para Nicolás Shumway, lo que Renán propone como una necesidad nacional, Mansilla lo cuestiona y Scalabrini Ortíz lo descarta totalmente, esa discusión es la que el profesor reconoce en su libro, una Argentina cosmopolita que de alguna forma fue traicionada por el proyecto de progreso de principios de siglo.
En otro tramo de la conversación, el autor reconoció su asombro por el modo en como el país ha seguido dialogando con su pasado, cómo los ecos de debates del siglo pasado siguen resonando en infinidad de discusiones sobre lo que representamos como país, como si los antiguos próceres siguieran estando entre nosotros planteando las mismas discusiones. Para el autor, estos fantasmas sobreviven porque la Argentina nunca se puso de acuerdo respecto de sus ficciones orientadoras, planteando la imagen de una casa dividida contra sí misma, continuando innumerables debates con argumentos heredados.
Posteriormente, Bereciartúa hizo un comentario sobre la relación del país con la apertura numerosa de la inmigración y a la capacidad de integración que no fue posible asumir, quiso saber si esas ficciones de las que habla el autor son previas a la gran inmigración.
Aquí Shumway respondió que la inmigración es algo positivo dentro de una nación, lo que lleva a pensar que Argentina era un país deseado a principios de siglo, sumado al nivel de la educación pública, pero considera que no consiguieron crear un relato para incluir a los inmigrantes. Una clave para entender el problema es el año 1930, donde ocurre el primer golpe de estado que rompe el orden constitucional. El profesor de Rice University lo considera un error por lo que significaba salirse del sistema por intermedio del autoritarismo.
Por otra parte, el análisis de esa problemática lo llevó a analizar, en un brinco temporal, la prosperidad a crédito que se visualizó en el neoliberalismo de los 90, donde se insertaron discursos sobre la riqueza basada en la agricultura, y el contexto de las privatizaciones que competían con la economía mundial. En ese ámbito se mencionó la decisión de muchas empresas de alejarse del país en busca de mejores condiciones salariales, y lo que implica como dato que Argentina figuraba como uno de los países que más ingenieros exportó al extranjero.
Según Shumway, la política de los años 90 tuvo éxito en algunos sentidos, pero los recursos fueron privatizados en formas no adecuadas, cambiando monopolios estatales por privados, lo cual no implicó desarrollo ni crecimiento. Una consecuencia de ese tipo de política fue la crisis de 2001. Por lo tanto, el autor consideró que sería propicio recuperar el sentido original del liberalismo, tanto económico como político, para poder evitar la concentración de poder, que haya control del mercado con reglas claras y establecidas bajo consenso.
La charla deparó muchas consultas y comentarios que generaron un ida y vuelta con el entrevistado. Finalmente, tanto Shumway como Rosenkrantz y Bereciartúa, ofrecieron unas breves conclusiones del contexto histórico abordado, donde interpelaron, a modo de cierre, sobre los acuerdos que se requieren a nivel nación para poder gobernar bien un país.