El Secretario de Infraestructura y Política Hídrica presentó su libro Bases para una política pública de agua y saneamiento en la Argentina.
Una vez más la cuestión agua ocupó el centro de la escena en el Centro Argentino de Ingenieros: el Ing. Pablo Bereciartua (Secretario de Infraestructura y Política Hídrica de la República Argentina y vicepresidente del CAI) presentó en la Biblioteca Luis A. Huergo su libro Bases para una política pública de agua y saneamiento en la Argentina. “El libro es un trabajo en desarrollo y se está reimprimiendo con un capítulo más respecto del original: es un repaso por la historia del agua y el saneamiento en la Argentina desde su primera etapa, cuando la fiebre amarilla hizo tomar conciencia de la necesidad de un tratamiento: en 1867 murió el 20% de la población por la epidemia”.
A lo largo de su charla, Bereciartua hizo eje en la importancia de los proyectos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y narró hechos importantes desde que el 21 de septiembre de 1871 se firmó el primer plano de obras de saneamiento. Obviamente, y tal como se desarrolla en su obra, el vicepresidente del CAI expuso datos crudos acerca del tema, contando que “según la ONU, la Argentina está entre los diez países más urbanizados del planeta: el 93% del país está urbanizado”. Eso genera los inconvenientes obvios de un crecimiento masivo, amén de los riesgos que se corren por la falta de adaptación a los extremos climáticos. Para Bereciartua, “todos los estudios y análisis demuestran que el que no tiene agua y saneamiento vive diez años menos que el que tiene”.
En esa línea, contó que “en Misiones tiene cloacas el 24% de los habitantes; en Santiago del Estero, el 33%; y en Córdoba capital, una ciudad con 1,3 millones de habitantes, el 50% tiene cloacas, una cifra muy baja para una de las ciudades más ricas del país”. Además, explicó que “en la Argentina hay más de 400 barrios populares y se está trabajando en ellos para generar mayor acceso a los servicios de agua potable y saneamiento, con un plan que incluye 48 nuevas plantas depuradoras, que harán pasarán de 8 a 20 millones los habitantes con agua potable”.
Incluso ahondó en un tema no menor: la medición de consumo. Más allá de los valores, sobre los que incluso hizo una comparación con Europa, explicó que hasta 2015 se colocaban 800 medidores de agua por año, mientras que en el último año se llegó a los 65.000 instalados anualmente”.
Luego de la presentación de Bereciartua se desarrolló una interesante ronda de preguntas y respuestas, de la que participó la Ing. Química Ana Rapoport, quien además de cursar la Maestría de Ingeniería Sanitaria en la UBA, trabaja en una empresa que fabrica equipos electromecánicos para tratamiento de agua y efluentes. Amén de mostrarse satisfecha por la posibilidad de intercambiar opiniones con el Secretario de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación, valoró el evento como “una muy buena jornada, con contenido muy interesante y actual”. Y afirmó que “está buenísimo que el CAI nos dé a los profesionales la posibilidad de acceder a este tipo de personalidades o eventos, que nos permiten crecer y conocer gente del medio”.