El CPAU, el CPIC, la SCA y el CAI presentaron el Protocolo interinstitucional de medidas preventivas para el ejercicio profesional.
Desde que comenzó la cuarentena, las entidades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que nuclean a profesionales de la Arquitectura y la Ingeniería vienen analizando y discutiendo las condiciones necesarias para garantizar el aislamiento y la prevención del COVID-19.
La mesa de diálogo interinstitucional -conformada por el Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC), el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), el Centro Argentino de Ingenieros (CAI) y la Sociedad Central de Arquitectos (SCA)- presentó un documento para el trabajo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que detalla las medidas de prevención para evitar contagios.
Este Protocolo de medidas preventivas se enmarca en las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, las prescripciones de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, la autoridad sanitaria y las mejores prácticas preventivas. Fue redactado por especialistas en Seguridad e Higiene y recomienda para su adecuada implementación que cada profesional o estudio lo ajuste a su caso particular.
“Remarcamos que las medidas sanitarias y las condiciones preventivas que se instrumenten en la industria de la construcción no son alcance ni motivo del presente documento y se encuentran bajo la esfera de la Ley 22.250, la Ley 20.744 y normativa vinculada. En tal sentido, adherimos y promovemos los lineamientos del documento paritario establecido por la Cámara Argentina de la Construcción y la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina –Protocolo de Recomendaciones Prácticas COVID-19 para la Industria de la Construcción–, y lo recomendamos como plataforma de base para el desarrollo de protocolos específicos en cada empresa constructora, conforme los lineamientos de la Ley 19.587, la Ley 24.557 y concordantes”, dice el texto introductorio del protocolo de 18 páginas.
El documento interinstitucional analiza la matriz de riesgo, explica detalladamente acciones generales y acciones particulares, los síntomas a tener en cuenta y cómo actuar en cada caso, el tratamiento de casos sospechosos, los procedimientos de lavado y desinfección, la cartelería y describe cómo debe ser el ingreso a la obra y cómo se debe recorrer de acuerdo a su escala y superficie. También puntualiza cómo deben ser las reuniones, las tareas en gabinete, los relevamientos y replanteos, la supervisión de hormigonados o tareas similares y la recepción de materiales e insumos con su correspondiente control.
Pero no se queda en el trabajo en la obra, porque este es apenas un porcentaje de todo el universo que compone las matrículas y los/las socios/as de estas cuatro entidades. Por eso, el protocolo detalla también las actividades para el control de la Ley N° 257 y su nueva Ley modificada N° 6.116, las actividades dentro de los estudios profesionales, el tránsito y los desplazamientos personales (ya sea en transporte público como en vehículo propio), la organización de la logística, el control de producción en talleres de terceras personas, la gestión en oficinas con atención al público, la operatoria para arbitrajes o mediaciones y el trabajo a distancia (home office).
El documento interinstitucional será enviado a las autoridades de control relacionadas con el ejercicio de la profesión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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