El miércoles 29 de septiembre se llevó a cabo una nueva edición de este ciclo moderado por el Ing. Juan Carlos Inglese, Miembro Honorario de la Academia Nacional de Ingeniería y contó con la apertura del Ing. Pablo Bereciartúa, Presidente del CAI. En esta oportunidad los oradores fueron Sergio Campos, jefe de la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Henry Moreno, especialista principal del BID; y Gustavo Méndez, especialista principal del BID.
El presidente del Centro Argentino de Ingenieros, abrió el encuentro en el que destacó que “la agenda del agua ha tomado relevancia en el sector público” aunque también resaltó que “hay un interés creciente del sector privado, a tal punto que el Foro de Davos, ha marcado que entre los principales riesgos a afrontar, está el climático”.
José Luis Inglese, por su parte, presentó a los oradores y destacó que “fue un lujo contar con la plana mayor del sector agua del BID. Desde el Día Mundial del Agua hemos podido cubrir todos los aspectos de la gestión de este recurso”, y recordó que “el BID fue clave para la creación del Servicio Nacional de Agua Potable que permitió expandir el acceso al agua y saneamiento en toda la República”.
Sergio Campos, inició su exposición señalando que “el agua y la seguridad hídrica son centrales para la región y para el mundo. La región tiene un tercio del agua del mundo, es privilegiada; muchas actividades dependen de ella”, indicó. Explicó que se trata de un recurso que no está “igualmente distribuido” en América latina. “Pese a ser un gran reservorio de agua, está afectada por sequías e inundaciones, situación que va a continuar”. Por esa razón, y con la mirada puesta 100 años hacia adelante, afirmó que “mientras la parte más poblada del mundo va a vivir en stress hídrico, Latinoamérica no; y tiene la oportunidad de ser solidaria y exportar o aportar a otras regiones si se logra manejar de manera adecuada el círculo de agua, energía y alimentos”.
Recordó que “cuando América latina ha ampliado la cobertura de acceso a agua segura esta es aún una deuda pendiente en un tercio de la población de la región. Todavía hay 200 millones de personas que reciben el servicio de manera discontinua y no hay certeza sobre la calidad con que les llega”, alertó.
Consideró “necesario encontrar soluciones que se salgan de lo convencional, advirtió sobre los bajos niveles de financiación para resolver esta problemática, de sólo el 0,34% del PBI, y subrayó que para reducir la brecha de saneamiento, América latina necesita invertir u$s 15.000 millones por año y se están invirtiendo menos de la mitad de eso”, explicó.
Gustavo Méndez, abordó el tema de los fondos de agua como una solución para garantizar la seguridad hídrica, tanto el acceso como la calidad. Explicó que “los fondos de aguas son organizaciones que diseñan e impulsan mecanismos financieros y de gobernanza, que articulan actores públicos, privados y de la sociedad civil con el fin de contribuir a la seguridad hídrica a partir del manejo integrado de la cuenca y el uso de soluciones basadas en la naturaleza”. Se sostienen en evidencia científica para desarrollar capacidades, implementar soluciones costo/beneficio y conservar la integridad de los sistemas con visión de largo plazo.
Indicó que “en 2050 en América latina el 90 por ciento de la población vivirá en zonas urbanas, y las regiones están perdiendo capacidad significativa de cobertura vegetal. El 40% de las cuencas tienen niveles de degradación moderado a alto y el 27% de las cuencas están en un agotamiento crónico”. Por eso, enfatizó que “la seguridad hídrica es un objetivo central, y tiene que estar en el ADN para recuperar el terreno perdido y preservar lo que se tiene a futuro”.
Explicó cómo funcionan los fondos de agua, las actividades que realizan y sus impactos, y describió el activo hoy en Mendoza. Dijo que el gran desafío de largo plazo de estas iniciativas es el financiamiento sostenible.
Henry Moreno, especialista principal del BID, enumeró las estrategias de esa entidad en la Argentina y mostró los contrastes del país en la última década, como las inundaciones de La Plata en 2013 y las bajantes históricas que hoy experimenta el río Paraná.
“Argentina está entre los 14 países más golpeados en el mundo por cuestiones climáticas; el cambio climático está exacerbando esta situación, y la falta de gestión para el recurso hídrico complica el panorama y la planificación a futuro”, advirtió Moreno.
Sostuvo que la gobernanza del agua suele ser un factor que genera desincentivos a la resolución de problemas. Por eso, desde el BID se creó un mapa de intervención estratégico para abordar el tema en distintos niveles: el acceso para el desarrollo humano, para los ecosistemas, la disponibilidad del recurso, y la resiliencia frente al cambio climático.
Se refirió a las formas en que es necesario organizar el trabajo para contar con un diseño de gobernanza del agua en la Argentina, pues otros trabajos encarados en cuencas transfronterizas, con intervenciones en los ríos Pilcomayo y Bermejo, también mostraron inconvenientes a la hora de su implementación, aun cuando han contado con fondos para desarrollarlos.
Al finalizar las exposiciones se amplió la discusión a partir de las preguntas realizadas por la audiencia.