Esta semana realizamos un reportaje al Ingeniero Augusto Chesini, Presidente de la Cámara de Empresas Tecnológicas CEBATEC y Gerente de Tecnologías en Santander, Ingeniero en Sistemas, Estudiante de Medicina y Profesor en Inteligencia Artificial – quien en 2020 nos brindó la charla, organizada por Jóvenes CAI, sobre “Los trabajos del Futuro”-, sobre la Educación y los cambios de paradigma de cara al futuro.

-En cuanto a los trabajos del futuro, muchos de los cuales aún no existen, y la cuestión de la educación para lo que viene, ¿dónde o en qué acción se debería poner el foco y por qué, para poder estar a la altura de las oportunidades que se abrirán en un futuro? 
-La realidad en cada una de las universidades, es diferente. Tenemos que entender que no todas las herramientas van a funcionar para brindar los mismos contenidos. Un tema teórico matemático se puede comprender y asimilar desde una pantalla virtual, pero para un médico, entender cómo se inserta un músculo o la diferenciación de distintos tejidos, no es tan sencillo de transmitir. Creo que el contenido tiene que terminar de prepararse, para que dentro de las posibilidades de presencialidad, se pueda aprovechar el tiempo y los recursos para realmente ser eficaces en la enseñanza.
Las herramientas existen, con mayor o menor inversión, hoy podemos desde recorrer una construcción histórica con realidad virtual; generar infografías, videos o presentaciones que visualmente y con precisión resuman un tema; podemos hacer que el material que enviemos sea interactivo, haciendo preguntas, brindando links e información adicional o incluso un juego para afianzar lo aprendido; o podemos hacer que desde el celular podamos interactuar con un modelo 3d, con nuestros compañeros o con el profesor. Está todo para construirse si queremos que funcione.

¿Cómo está hoy posicionada la Argentina respecto a otros países de la región y del mundo, en este aspecto? ¿Podría citar algunos ejemplos comparativos?
Si bien muchas economías en desarrollo tienen dificultades para competir en el mercado global, incluida Argentina, nuestro país brilla en el dominio de la tecnología y las capacidades críticas para el futuro. Nuestro país ha desarrollado un modelo que incluye la enseñanza de habilidades tecnológicas prácticas en las universidades y también tiene alianzas con los gobiernos para estimular el espíritu emprendedor. Aunque esta segunda faceta, sigue en pleno desarrollo y no competimos todavía de igual a igual, si lo hacemos en el primer aspecto enfrentados a referentes en cuanto a la educación, superando por ejemplo en los últimos reportes a Finlandia y Estados Unidos para posicionarnos siempre en los primeros lugares en cuanto a la habilidad en lo técnico.
No es menor el dato de que nuestros Ingenieros sean de los más buscados hace muchos años, desde todo el mundo, y el pasado 2020 no ha hecho más que fortalecer esa tendencia. Nuestra ventaja desde la experiencia, conocimiento y habilidades, se suma a una zona horaria favorable a Norte América, una conectividad que acompaña y la tendencia del trabajo remoto.

¿Qué rol podrían jugar los ingenieros para, de alguna manera, poder colaborar o incentivar en esta materia?
El ingeniero en su misma concepción, es una persona adaptable, que puede actuar en campos en los cuales no fue entrenado específicamente, dada la capacidad analítica y proceso de resolución de problemáticas, lo cual es una habilidad que prueba día a día ser más crítica en todas las carreras a futuro. La responsabilidad que tenemos todos, es la de apoyar al resto de la academia, para que puedan incorporar metodologías y herramientas que logren fomentar la interdisciplinariedad y el pensamiento crítico. La colaboración, trabajo en equipo y dinámicas entre profesionales son clave en la actualidad y el ingeniero tiene que prepararse para poder liderar el cambio.

La Argentina como país, cómo Nación, qué acción debería realizar para evitar quedarse relegada de las oportunidades que esta área ofrecerá?
El ecosistema en desarrollo de Argentina puede transformarse en un ejemplo de cómo el impulso digital puede transformar rápidamente una economía. Tenemos que continuar impulsando el sector, lograr la competitividad a nivel negocio/empresa que necesitamos (desarrollando las habilidades que son fundamentales para que podamos insertarnos en el mercado global) así como también actualizar los programas de las diferentes carreras, generar nuevas opciones y repensar el modo en el que enseñamos, ya sea para ser más eficientes, para seguir creciendo, así como para brindar la posibilidad de acceso a los que todavía no han podido integrarse. Es fundamental que creemos un ambiente seguro para las empresas y profesionales del sector, invertir y apoyar el surgimiento de nuevos desarrollos y fomentar las carreras para que mantengamos un flujo de alumnos que permita al círculo virtuoso seguir funcionando.