- La Argentina acumula experiencia en la investigación del hidrógeno como vector energético.
- En la actualidad se abren oportunidades como hasta ahora no habían sucedido.
- La existencia de un consumidor demandante habilita la definición de una política en ese sentido.
BUENOS AIRES, noviembre de 2020 – La Patagonia argentina se erige como el escenario ideal para el desarrollo del hidrógeno verde en la Argentina, considerado ahora una oportunidad concreta para la ciencia y la industria y, lógicamente, para otorgar mejores perspectivas de crecimiento del país.
Fue el tema que expusieron los ingenieros Alejandro Gesino y Daniel Pasquevich en el marco de la conferencia Hidrógeno verde, una oportunidad para la ciencia y la industria argentina que organizó la comisión de Tecnología, Innovación y Transformación Digital del Departamento Técnico del Centro Argentino de Ingenieros (CAI). El encuentro fue moderado por la ingeniera Marina Rosso Siverino, vicepresidenta del DT de la entidad.
Alejandro Gesino, asesor para Fraunhofer en la Argentina, dio un pantallazo sobre instituto alemán para, luego, referir al desarrollo del hidrógeno verde en el mundo. En particular, la política diseñada por Alemania para avanzar en la transición hacia la producción de este gas.
“Vimos oportunidades anteriores y ahora hay señales de cambio que indican que esta vez es diferente. ¿Qué cambia en esta etapa respecto de las anteriores? La existencia de un consumidor. Antes, venían delegaciones al país en los que se analizaban variables, como el perfil solar, el viento y demás, pero el caso de negocio no se daba”, señaló Gesino.
Indicó que el 80% del hidrógeno que va a consumir Alemania tendrá que ser importado. Para ello deberá cumplir condiciones, entre ellas, ser hidrógeno verde y tener precios que no impacten en la inflación del país, lo que exigirá que haya una economía de escala.
“La única pieza de tierra firma del globo para abastecer esa demanda es la Patagonia que, junto con la disponibilidad de agua, dará una oportunidad geopolitica única a la Argentina”, resaltó.
Sostuvo, en ese sentido, que en el marco de su política pública Alemania -que anunció una red de hidrógeno de 5.900 kilómetros, la más grande del mundo y que demandará un costo estimado de 660 millones de euros- representa una oportunidad para la industria argentina porque ahora hay un demandante de ese gas.
“Es un cambio de paradigma cultural en el consumo de energía. Esto permitirá que se desarrolle más rápidamente en la Argentina y como las tecnologías se van a generar de manera progresiva el sistema tendrá estabilidad. El desafío es formar gente que sea capaz de capacitarse con tecnologías que no se conocen hoy”, sintetizó.
A su turno, Daniel Pasquevich, director del Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), hizo un repaso sobre los trabajos e investigaciones relacionados con el hidrógeno desde 1987 a la actualidad, como también los proyectos de ley y normas que se impulsaron para promover el hidrógeno verde en el país.
Apuntó que la discusión estuvo generalmente concentrada en los campos científicos y académicos sin lograr traspasar el umbral de la industria, con excepción de la química. Razón por la que destacó que “es necesario hablar del hidrógeno verde como vector energético” y que “las décadas que acumula la Argentina en su investigación son una semilla para avanzar en esa dirección”.
“Es necesario armar una hoja de ruta. Cuando hablamos de hidrógeno químico el que manda es el mercado, que define necesidades, precios, y demás. Cuando hablamos del hidrógeno vector hablamos de energía, y quienes hemos hecho carreras de ingeniería o ciencias exactas lo vemos como algo frío pero la energía no es un tema técnico ni de mercado. Sabemos que hay intereses económicos pero es necesaria para el desarrollo humano, para el crecimiento del PBI”, apuntó.
Recordó el “modelo de las tres hélices”, más conocido como el triángulo de Sábato, que apunta a impulsar el desarrollo a partir de la integración entre el sector público, las empresas y la academia, sin olvidar que ese esquema es también un modelo de mercado.
Pasquevich advirtió, sin embargo, que hoy ese esquema no es suficiente porque no alcanza con el mercado. Indicó, entonces, que hay que avanzar hacia un modelo de cuatro hélices en donde ese cuarto integrante es, nada menos, la sociedad.
“Hoy el modelo es el de las cuatro hélices, hay que sumar lo que la sociedad quiera y para avanzar en esta nueva oportunidad, la del hidrógeno verde, hay que reunir a todos los actores”, concluyó.
La conferencia completa puede volver a verse en la Biblioteca Audiovisual del CAI, al que se puede ingresar desde aquí
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