La Comisión de Energía y Minería del Departamento Técnico organizó el evento atendiendo el presente del modelo nuclear en la Argentina.
Los profesionales del ámbito nuclear argentino, como también las diferentes entidades relacionadas a él, mostraron preocupación por lo que llaman la encrucijada del modelo nuclear en el país. Por eso mismo, el ciclo #CharlasCAI vivió un capítulo dedicado al tema, organizado por la Comisión de Energía y Minería del Departamento Técnico, junto al Dr. Alejandro Tancredi (conductor del programa de televisión “Argentina, Sociedad Anónima”, especializado en la industria nuclear), quien ofició de moderador en un extenso evento que contó con voces variadas e interés del público que asistió por más de ocho horas.
La convocatoria surgió en base a la confirmación del Ing. Juan José Aranguren, en sus últimos tiempos como Ministro de Energía y Minería de la Nación, quien anunció la cancelación de la construcción de dos centrales nucleares (una con tecnología de reactor Canadian Uranium Deuterium -CANDU- de agua pesada y otra PWR –iba a marcar el paso a la tecnología de uranio enriquecido y de agua liviana-). Con ese panorama, Tancredi introdujo a la jornada afirmando que “el país volverá a retomar el tema de la construcción de centrales nucleares en el año 2023”, de acuerdo a la explicación de Aranguren. La actividad, promovida por el presidente de la Comisión de Energía y Minería del CAI, Ing. Carlos Alfaro, recorrió los siguientes tópicos: “Qué significa para el país la cancelación de la construcción de Atucha III y la Quinta Central”; “por qué necesitamos Atucha III y más centrales CANDU”; “la tecnología como bien público, creando trabajo sustentable y de calidad para salir de la pobreza”; “la matriz energética y la participación de la energía nuclear”; “la industria nuclear nacional: importancia de la misma, desarrollo y participación en las centrales nucleares”; “oportunidades perdidas” y “PIAP: perspectivas sin cuarta central nuclear CANDU”.
El Ministerio de Energía estuvo representado por el Lic. Julián Gadano (Subsecretario de Energía Nuclear), quien se mostró en desacuerdo con la referencia a una “encrucijada” en la industria nuclear argentina y esgrimió sus motivos. Luego comenzaron las disertaciones de los diferentes actores del área: el Ing. Agustín Arbor González (Secretario General de APCNEAN), quien graficó “qué significa para el país la cancelación de la construcción de Atucha III y la postergación, por varios años, de la Quinta Central“, seguido por el Ing. Ricardo Bernal Castro (Presidente de la Comisión Nuclear Metalmecánica ADIMRA), hablando de “la industria nuclear nacional: importancia de la misma, desarrollo y participación en las centrales nucleares”.
También hubo un panorama respecto de todo lo que genera la industria nuclear, como el caso del cierre de la Planta Industrial de Agua Pesada de Arroyito, en Río Negro (PIAP), cuyo producto se utilizaba para moderar y refrigerar reactores nucleares: su producción está paralizada desde el 27 de mayo de 2017 por falta de financiamiento del Gobierno Nacional. En ese sentido, expusieron el Dip. Sergio Wisky (Cambiemos Río Negro) y el intendente de Sierra Grande, Nelson Iribarren, hablando de la importancia de una central nuclear en esa ciudad, proyecto frenado: “Esta determinación impide el desarrollo de la región. Río Negro cuenta con instalaciones como el Instituto Balseiro o Invap, con el reconocimiento que ambas instituciones tienen… Una planta nuclear nos garantizaría fuentes de trabajo y la presencia en la zona de entre 800 y 1000 personas calificadas como habitantes de la región”. En ese sentido, obviamente, se expusieron los casos de las centrales funcionando en sana convivencia con las localidades que las albergan: Atucha I y II están rodeadas de huertas, mientras que Embalse tiene en sus cercanías un parque zoológico. En las dos situaciones se analiza permanentemente el estado de vegetales y la salud de animales para chequear la real incidencia de la actividad nuclear. Al respecto, Tancredi señaló: “La percepción del público en general en gran parte tiene que ver con que los protagonistas de la industria nuclear no dieron a conocer lo que hacen. Entonces, la sociedad asocia la energía atómica con los militares y las bombas. Pero lo cierto es que el único accidente nuclear en el país tuvo que ver con mala praxis de un operario, que lo sufrió en carne propia”.
Hablando de posibilidades de accidentes, el mantenimiento y extensión de vida de la planta de Embalse cuenta con una mejora vital: se sumaron nuevas placas antisísmicas, atendiendo el caso de Fukushima, central que en 2011 colapsó debido a un terremoto y tsunami acontecidos en Japón. Además, en Embalse existe un sistema de energía diesel que mantendría la planta funcionando sin riesgos. En el caso de Atucha, además de la altura respecto del río, el mayor peligro que sufriría sería un accidente en la represa de Itaipú, con una salvedad: el agua tardaría cinco meses en llegar hasta Atucha I y II. Justamente, el Ing. Damián Fornero (Secretario General Seccional NA-SA de la APCNEAN) hizo referencia al proceso de Embalse y la relación con los Recursos Humanos, hablando de las “Oportunidades Perdidas”: “La experiencia nos permite pensar que podemos hacer las centrales CANDU que estaban programadas con la gente que trabajó o trabaja en Embalse”. En la misma línea, se habló de que una central se puede dividir en 100 paquetes operativos y si cada 5 paquetes se asigna un ingeniero a cargo, estaríamos hablando de 20 profesionales con aptitudes ejerciendo. Por su parte, el Lic. Carlos Aga (Presidente de la Fundación Consejo para el Desarrollo Argentino) destacó el caso de “India, que adoptó el sistema CANDU y tiene casi 30 reactores funcionando”.
El factor humano, de hecho, ocupó el centro de la escena: el Ing. Emilio Apud afirmó que “la energía y la provisión que puede generar una central es evolución”; en tanto que el Lic. Alberto Olivera (Director de KOPSOL) habló sobre “la tecnología como bien público y social: genera trabajo sustentable y de calidad para salir de la pobreza, es una actividad tractora para la sociedad”. En ese orden, los presentes coincidieron en que “la Argentina está capacitada para construir hasta el 90% de una central tipo CANDU; incluso el país cuenta con el uranio natural fabricado por Dioxatec y el agua pesada de PIAP”, llegando a la conclusión de que hay que defender la industria y el desarrollo tecnológico. La jornada también contó con las voces del Ing. Alfredo Boselli (Asesor Presidencia CNEA), desarrollando el proyecto CAREM; del Ing. Carlos Rey (ex vicepresidente CNEA), disertando sobre “la matriz energética y la participación de la energía nuclear” y del Ing. Osvaldo Niebas (Secretario General Seccional Arroyito de la APCNEAN) hablando sobre la “perspectiva de la Planta Industrial de Agua Pesada sin cuarta central nuclear CANDU”. Asimismo, personal del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación tomó nota sobre todo lo acontecido en la jornada, para presentarle un informe al Ministro Dante Sica y realizar una devolución a la brevedad.