Jornada sobre internacionalización de las pymes

 

“Exportar es posible”, fue el leitmotiv de la charla ofrecida por el Doctor Omar Romano Sforza, socio fundador de Bedson SA, en el Centro Argentino de Ingenieros.

 

“En Bangkok nos dijeron: su empresa parece una empresa Suiza en América Latina’”. Esa frase bien podría ser utilizada por el Doctor Oscar Romano Sforza como carta presentación a la hora de llevar a cabo su charla sobre internacionalización de las pymes. Sin embargo es sólo una parte más de su motivador discurso, titulado “Exportar es posible”, que tiene como objetivo movilizar a las pequeñas y medianas empresas para que miren más allá de las fronteras de la Argentina. Socio fundador de Bedson SA (empresa dedicad desde hace 36 años a la fabricación de especialidades farmacéuticas para la salud animal), Romano Sforza expuso en el Centro Argentino de Ingenieros ante una concurrencia ávida de conocer métodos y estrategias de inserción de productos en el mercado internacional.

El Ingenieros Carlos Fallet, presidente de la Comisión de Innovación Tecnológica Aplicada a Ciudades y Procesos de Gobierno, del Departamento Técnico del CAI, presentó a Romano Sforza y señaló que su presencia en el Centro Argentino de Ingenieros se debió a la “inquietud exportadora y el alto nivel de involucramiento social de la empresa”. En cuanto a la disertación, fue un recorrido por la historia de Bedson, que comenzó con el protagonista señalando que “siempre quisimos ser investigadores: empezamos a fabricar una vacuna y fuimos buscando recursos, abriendo puertas. La clave fue que decidimos trabajar con políticas a largo plazo entendiendo la diferencia entre lo que es el mercado local y la exportación”. Cuando Romano Sforza habla en plural no sólo se refiere al staff de su empresa sino que hace permanente homenaje a quien fuera su socio amigo, el Doctor Arnaldo Colusi, cuyo nombre, de hecho, bautiza al concurso que realizan con participación de estudiantes universitarios, que este año terminó con premios para jóvenes de La Plata, La Pampa y Chascomús.

Durante su charla, Romano Sforza estableció prioridades para la inserción de una marca en el mercado internacional: “ante todo, el cliente es el rey”, afirmó; luego destacó la importancia de la innovación por sobre las commodities (darle valor agregado a un producto que puede ser obtenido en cualquier lugar del mundo), encontrar fortaleza ante las debilidades (citó por casos las diferencias idiomáticas que Bedson superó en diferentes sitios gracias a videos presentación, capacitación bilingüe, apoyo comercial y técnico) y la profesionalización con valores, sobre todo humanos. Con filiales en Malasia, Líbano, México, Uruguay, Guatemala, República Dominicana, Estados Unidos y España, donde él vive, el Doctor remarcó una frase que impuso un gerente de su empresa en Perú: “Hagamos que las cosas sucedan”. Y así, sus productos registran hoy 2.754 copias, de las cuales el 60% dice utilizar su fórmula.

 

Entusiasmado por la recepción que tuvo su conferencia, Romano Sforza comentó: “me deja una gran satisfacción haber podido dar esta charla en el Centro Argentino de Ingenieros. Esto confirma la necesidad de intercambio de experiencias que tenemos con todos los actores, en este caso entre un Doctor y todo lo relacionado a la Ingeniería, a través de una institución como el Centro Argentino de Ingenieros. Es una gran posibilidad de intercambio, plasmada en el interés de la audiencia. Más satisfecho no puedo sentirme. Nada puede gustar más que me digan ‘juntémonos nuevamente’. No faltará oportunidad”. Sin ser ingeniero, también supo valorar la importancia de la Ingeniería, citando un ejemplo, también acorde para hablar de innovación: “En uno de los restoranes más famosos del mundo, el Celler de Can Roca, el equipo de investigación y desarrollo de cocina está formado por ingenieros industriales y químicos, especialistas en nutrición, médicos, artistas… En total, unas 35 personas se dedican a los proyectos de innovación y desarrollo de cocina. Bienvenidos sean los equipos multidisciplinarios”. Como cierre, dejó una sentencia interesante: “El profesional argentino tiene una excelente valoración, con mucho nivel de formación”.