El martes 22 de septiembre, de 10.30 a 11.30 horas, en el marco de los #PanelesCAI se llevó a cabo la charla, a través de la plataforma Zoom, a cargo del Ingeniero Pablo Bereciartúa, vicepresidente del CAI, y Luis Galeazzi, Director Ejecutivo de Argencon, quien se encuentra liderando el objetivo de posicionar al país en el contexto internacional como un proveedor de servicios de alto valor intelectual. Su amplia experiencia abarca una larga trayectoria en el mundo corporativo desempeñando cargos de liderazgo y management en diversos rubros como el financiero, la banca y las telecomunicaciones. Además, se desempeñó como Director de Consultoría en distintas firmas y ejerció como docente en la Universidad Austral y en la del Salvador.
En el incio, el Ing. Bereciartúa, ofició de anfitrión y realizó un preámbulo a la temática. “La Argentina tiene el enorme desafío de generarse una estrategia de desarrollo. La gran pregunta hacia adelante es cómo tomamos ese marco institucional, que es la democracia, para que genere empleo, que genere desarrollo, que genere oportunidades para las personas. El gran cambio que vemos en las últimas décadas es humanizar a la población, y en el corazón de esa propuesta está la de generar bienestar en forma sustentable, en generar conocimiento y como sumamos esfuerzos para colaborar en esa visión de país y que se dé ese cambio cultural. En los países que ese cambio cultural ocurre está sustentado en el conocimiento para crear valor. El desafío es como transformar eso para generar riqueza para las personas. El segundo rol en estos cambios que están surgiendo tienen que ver con la Ingeniería y todo lo que ella hace en sus diversas áreas para generar la posibilidad tecnológica de estos cambios. La Argentina enfrenta a un cambio cultural pero debe llenarlo de contenido, dándole protagonismo a la innovación tecnológica para que la economía del conocimiento funcione. En el país existen unas 500 mil PyMES; si le damos los incentivos adecuados, podrían crecer, convertirse y exportar mucho y esto es clave para la economía del país. Es clave crear incentivos no solo para que las empresas no se vayan, sino para que se queden y crezcan y que generen valor. Y es importante para la Argentina, cómo y dónde participamos e invertimos en la economía del conocimiento. En la curva de la economía de la Innovación global se pude ver como hay países que están por arriba de la curva y otros, como la Argentina, por debajo de la curva que de continuar con los números que mantiene hoy, irá decreciendo. Si le sumamos una economía basada en el conocimiento, podremos crecer. En los últimos años la Argentina se ha achatado y está en un decrecimiento actual, pero tenemos un futuro por delante inmenso e incalculable si incorporamos una serie de políticas clave para esto”, explicó Bereciartúa, apoyado en una serie de gráficos. Enseguida le siguió Galeazzi: “Argencom es una sociedad de empresas que actúan en la economía del conocimiento con un foco exportador, cuyo objetivo es tener una presencia global, calidad, know how y acrecentar el valor de nuestro conocimiento y haciendo un seguimiento, bastante preciso, de cómo sigue nuestro crecimiento en la región y en el mundo. Y la verdad es que los signos que estamos compartiendo son preocupantes y por supuesto que siempre lo hacemos en presentaciones con los gobiernos. La ingeniería está en el medio de la economía del conocimiento y si avanzamos debemos identificar su estructura. Las empresas que más cerca están de la economía del conocimiento serían empresas como Invap, Bioseres e Itec, por tomar tres ejemplos de diferentes rubros. Hay un segundo grupo, el de las empresas nativas de la era del conocimiento, ahí tenemos empresas de nanotecnología, telecomunicaciones, biomedicina, audiovisuales, videojuegos. Y el tercer nivel son las que ya existían y están transitando hacia este modelo. Y finalmente tenemos la sociedad digital, que son los ciudadanos que van incorporando estos avances en sus vidas, y en esto la pandemia ha colaborado bastante. Por lo tanto estos cuatro niveles podemos llamarlos el espacio de la economía del conocimiento. Nosotros, el año pasado hemos exportado en estos servicios unos 6.088 millones de dólares, lo que equivale a un 7,3%. Esto se debe a la devaluación, al cambio de Gobierno, al freno de la Ley del conocimiento y demás. Sin embargo pudo mantenerse no tan mal. La Argentina es un país que requiere producir divisas y nosotros somos un sector que podemos sumarle superávit fiscal, crear divisas, trabajo en blanco y con fuentes de recaudación constante. Somos una palanca de productividad para el resto de las industrias en todo el país. Generamos un ecosistema amplio, desde StartUps hasta empresas pequeñas, es decir somos un ecosistema completo. Somos el sector que más dependencia tiene del sector tecnológico, ocupamos el 7% del empleo del país y podríamos ocupar mucho más de esto. Transformamos la educación pública en inversión educativa y progreso y en el cual la población femenina y las personas de diferentes capacidades encuentran además su lugar de trabajo. Somos el tercer sector exportador del país y es difícil que esto no se perciba tan claramente. En cuanto a la evolución de exportaciones de nuestra área, han decaído y el único vector que teníamos para apalancarnos era la Ley de Software. Esto se ha suspendido con el cambio de autoridades porque es un área que necesita de la inversión público- privada, necesitamos un marco de desarrollo para acompañar el marco mundial. Lo bueno es que no hemos perdido empleo privado. Entre 2010 y 2018, la Argentina creció en cuanto a la economía del conocimiento un 18%, Asia un 157%, los países de Europa, en total, 74%, América del Norte 92%, es decir vamos más despacio que el mundo.
Si hubiéramos crecido al ritmo del mundo, en cuanto al promedio, hubiéramos podido exportar unos 4 mil millones de dólares más.
En cuanto a la región, Uruguay crece al 262%, Chile al 34%, Colombia al 68%, Perú al 68%, Costa Rica 141%. Esta pérdida de competitividad nos instala en un momento grave ya que nos solo estamos perdiendo posibilidad de exportaciones sino empleo e ingreso de divisas para la economía del país.
Es decir necesitamos una política pública que nos permita crecer ya que enfrentamos un momento de riesgo y es importante que se tomen decisiones. O vamos a un liderazgo regional o hacia la disolución paulatina, y la clave es que haya políticas públicas, que es lo que hacen el resto de los países. Lo que Argencom trata de explicarle a la política es que en la economía del conocimiento hay un vector de crecimiento. La promoción de la Economía del conocimiento crea, sin costo fiscal, una base de ingreso que podría pagar la deuda externa del país, en pocos años, aplicando una política inteligente”, explicó Galeazzi. Luego de la exposición, llegó el espacio para las preguntas de los presentes.
El Ingeniero José Luis Roces quiso saber: “Dado que claramente trae ventajas, ¿cuáles son los obstáculos principales que ven ustedes?”
“Creo que debemos llegar a una saturación de la explicación de esto para que los políticos entiendan el valor que tiene. La mayoría de los políticos están basados en la economía del pasado y el conocimiento es infinito. Requiere ser explicado. Sobre todo porque la reserva de profesionales argentinos es muy buena, seria, profesional. Es de gran capacidad. Pero se necesita un marco de estabilidad, certezas hacia dónde vamos, al menos”, respondió Galeazzi.
Otro aisitente quiso saber, “¿qué percepción ves vos en la política?”. “Hay un punto crítico. El político tiene que entender que además de resolver el momento debe resolver el futuro. Y es una cosa difícil de entender, no solo tienen que ser asistencialistas sino que la política debe generar valor, y esto no termina de entenderse. Que se entienda cuáles son los valores para generar valor en una sociedad. Una verdadera política de Estado debe generar valor futuro y permanente, no solo enfocarse en el asistencialismo”.
“¿Cuál es el impacto de la ley de teletrabajo?”, consultó otro de los presentes. “Esa ley está orientada a la creencia de que es una amenaza al trabajador y por lo tanto hay que impedirlo y protegerlo porque lo amenaza. Los teletrabajadores son los que más quieren esa modalidad, no las empresas. El concepto que existe es que aquello que beneficia a la empresa y al trabajador, es mal visto. Y esta forma de trabajo beneficia a ambos. Repito, la política está anclada en ideas del siglo pasado y no en el futuro”.
“¿Que mirada tienen respecto de la formación universitaria de los ingenieros?”, fue otra cosulta. “No siendo ingeniero no me animo a dar consejos, pero sí puedo decir que tienen que tener una formación innovadora y quizá las universidades deberían vincularse más con las empresas, porque falta el camino intermedio, o de carreras intermedias. Sino, ocurre lo que pasa en la informática, que muchos chicos dejan la carrera porque ya comienzan a trabajar”
Otro de los presentes preguntó: “¿Cómo debería reformularse el vínculo de los empresarios y los sindicatos, con los trabajadores”? Galeazzi respondió que “Argencom se vincula con muchos sindicatos e industrias. Siempre creí que el sindicato tiene un valor sustancial en este siglo que es el de fomentar la capacidad de conocimiento de sus afiliados para que asciendan aún más en su carrera laboral. Algunos lo están haciendo. Pero es la clave para tener una fuerza laboral cada vez más formada y actualizada”, finalizó.