“Se necesita vocación por resolver problemas”
Nurit Weitz es la integrante más joven de la Comisión Directiva del CAI. En esta entrevista ofrece su punto de vista sobre la institución y la ingeniería.
Ya desde el nombre llama la atención. Nurit Weitz es vocal de la nueva Comisión Directiva del Centro Argentino de Ingenieros. Y, a la vez, su integrante más joven, situación que asume como “un desafío de poder aportar una mirada diferente y ayudar a acercar a más jóvenes al CAI. Pero también es una oportunidad de aprender de ingenieros con muchas más experiencia y trayectoria que yo y con cuyas ideas y visiones seguro voy a enriquecerme”.
Ingeniera industrial recibida en la Universidad Nacional de Rosario, Weitz realiza en la actualidad la Maestría en Ingeniería Matemática en la UBA, al tiempo que trabaja en Tenaris desde hace siete años (es Pricing Specialist del sector de Marketing), habiendo ingresado mediante el Programa de Jóvenes Profesionales en la planta de Campana. Su llegada al CAI se dio luego de que participar “en 2007 del SABF (evento para estudiantes organizado por el ITBA), donde me gustó la disertación de Pablo Bereciartúa; entonces lo contacté para que hablara en el Congreso Argentino de Estudiantes de Ingeniería Industrial Rosario 2008 del cual yo era Coordinadora del Área Académica. A fines de ese año Pablo me contactó para integrar la Comisión de Jóvenes del Congreso Ingeniería 2010, organizado desde el CAI, y desde ese momento trabajé en la Comisión de Jóvenes CAI en diferentes proyectos hasta el año pasado: me había tomado break de este tipo de actividades para enfocarme en la maestría pero me llegó esta convocatoria para participar de la CD, que representa un honor y una posibilidad de hacer más cosas, por lo que no pude rechazarla”.
-¿Por qué era difícil de rechazar? ¿Qué es lo que tanto llama del CAI?
-Siempre me gustó organizar eventos académicos y me pareció una forma interesante de seguir en contactos con temas diferentes a los específicos de mi trabajo, además de estar en contacto con gente interesante que está pensando y trabajando en temas de alto impacto para la ciudad, el país y en algunos casos el mundo.
-Hablás de la educación: al ser algo reciente en tu vida, ¿cómo analizás la inserción de los estudiantes en el mundo de la ingeniería?
-En la Argentina, entiendo, tenemos un alto nivel de ingenieros, pero la cantidad de nuevos ingenieros que se reciben cada año es baja en relación a los países desarrollados. Y hay estudios que muestran una alta correlación entre el desarrollo de un país y el porcentaje de ingenieros que tiene. Acá el problema está en la educación media, en la falta de preparación en materias como matemática o física que hace que muchos que se anotan fracasen en los primeros años y terminen dejando. También hay un tema vocacional, habría que trabajar en despertar mayores vocaciones técnicas en los estudiantes secundarios, pero siempre a la par de la calidad educativa. Si no mejoramos el nivel general de la educación secundaria del país no veo que el número de ingenieros pueda aumentar significativamente. Además, creo que el ingeniero es un profesional con una visión muy amplia, o al menos debe tenerla si quiere tener excelencia en su trabajo, integrar aspectos técnicos con otros más soft, ya que poco sirve en el mundo actual tener una solución técnica impecable si no se integra con la complejidad que aporta el factor humano y que es esencial para su implementación. Por otro lado pienso que vamos hacia un futuro que pide especialización pero sin perder el foco general, entonces las divisiones entre las diferentes ingeniería, entre las diferentes carreras un poco se desdibuja y al final lo que se termina necesitando es personas con vocación por resolver problemas, que puedan aprender constantemente de sus pares, de su entorno, de la inmensidad de material online que existe hoy, ya sean cursos o libros o foros.
-Y en ese marco, ¿cuál es el rol de la mujer?
-La tendencia es positiva sin lugar a dudas. El porcentaje de mujeres crece en todas las ingenierías, aunque más en las más “gestionales” como industrial o química; pero en casi todas se ven cada vez más. Aún no hay muchas mujeres en puestos altos en las empresas o instituciones pero es algo que va cambiando con el tiempo y en la medida que la sociedad toma el tema como relevante para su desarrollo ya que las mujeres somos el 50% de la fuerza laboral, al menos potencialmente. En el CAI se está tratando de generar espacios para que más ingenieras se sumen y participen, hay jornadas específicas y también invitaciones concretas a acercarse y colaborar. Para mí el espacio y las oportunidades están, sólo hay que animarse a tomarlas.