Lo organizó la Comisión de Jóvenes CAI: el Ingeniero Coach Gabriel Milstein avanzó, con siete participantes, en el diseño de un Programa de desarrollo profesional.
La Comisión de Jóvenes CAI llevó a cabo el Taller “Un paso hacia la soberanía profesional”, dictado por el Ingeniero y Coach Gabriel Milstein. Durante tres sesiones, siete jóvenes profesionales trabajaron vinculándose a temas como el manejo de la gestión de las personas, entre otros. Metiéndose en la génesis de este taller, Milstein explica: “Hojeando la revista del CAI me enteré de la existencia de la Comisión de Jóvenes y de su Programa de Mentoreo; entonces se me ocurrió que podría ayudar a complementar ese programa y le escribí a esa Comisión pidiendo una reunión para conocernos, saber de sus objetivos y contarles mi idea de colaboración. Lo hicimos, fuimos modificando la propuesta inicial en una serie de reuniones posteriores, hasta que llegamos a la definición del taller que finalmente llevamos adelante. Disfruté armar el taller, las conversaciones que tuvimos durante el desarrollo y aprendí de los aportes novedosos que los participantes propusieron”.
El trabajo se realizó sobre tres pilares esenciales que determinan la calidad profesional: valores, competencias y visión. El objetivo inicial fue que los participantes terminaran el programa conociendo cuáles son los valores que quiere que lo definan y en los que basará sus decisiones diarias; sabiendo además qué competencias son esenciales para liderar, contando con mejores herramientas para pensar su programa de desarrollo. En un entorno de intercambio de experiencias y posiciones personales, la actividad apuntó a escuchar, reflexionar y aportar ideas al desarrollo de temas de fondo para su futuro como líder. Milstein asume que “aunque hay factores externos que influyen en nuestro futuro. Desde mi punto de vista, el camino a recorrer depende en gran medida de nosotros, de la actitud con que cada uno encare su futuro. Para que se entienda a lo que me refiero: hay una diferencia importante entre la persona que sabe adónde quiere llegar y la persona que se deja llevar por el camino que le definen otros. Hay una diferencia entre la persona que conoce qué le da energía para lograr sus objetivos y la que no. Hay diferencia entre la persona que analiza qué le falta desarrollar y aprender para lograr lo que se ha fijado como objetivo y la que recibe formación para lograr los objetivos fijados por otro. Hay diferencia entre la persona que escucha, entiende qué le pasa al otro y propone soluciones y el que solamente se dedica a argumentar sobre sus ideas. Hay diferencia entre la persona que cree en el trabajo en equipo y en que los logros se consiguen con el esfuerzo de todos y el que cree que los éxitos son sólo suyos”.
Del otro lado, Federico Femia, Ingeniero Industrial recibido en la Universidad Nacional de Luján, fue uno de los participantes, que asistió al taller, porque lo vio como una “oportunidad de perfeccionamiento”. Acerca de la experiencia, reconoció que le “gustó porque se hablaron temas que no se enseñan en la carrera, como el manejo de Recursos Humanos y manejo de relaciones. No me imaginaba cómo podría ser, tenía mucha expectativa. Además me encantó el lugar donde se hizo: el edificio del CAI es impresionante”. Y puntualmente valoró que “el clima de trabajo fue muy bueno, se notaba que todos fuimos con ganas de participar y aprender, a través de ejercicios muy interesantes para identificarse uno mismo y a sus compañeros: destaco el día que escribimos cómo nos imaginamos el futuro en cinco años… Éramos todos ingenieros recibidos con experiencia laboral, lo cual fue fundamental para entender los puntos que Gabriel (Milstein) contaba. No lo conocía a él y me llevo una muy buena impresión: es un Ingeniero que vivió muchas situaciones, las cuales les gustó compartir. A nivel conceptos me pareció muy interesante cómo planteó el punto de conocerse bien a uno mismo y entender cómo reaccionar uno para entender luego cómo pueden reaccionar los demás”.
La síntesis del pensamiento de Femia es alentadora, de cara a este nuevo emprendimiento de la Comisión de Jóvenes CAI: “Si hubiese otro taller lo recomendaría ampliamente. Estas actividades sirven para conocer a otros Ingenieros y compartir experiencias. Uno crece como profesional. Además me permitió conocer el Centro Argentino de Ingenieros, al que nunca había podido ir”. Mientras que, por su parte, Milstein hace este análisis del taller: “Por la interacción que tuvimos durante el taller, la discusión de los videos y casos prácticos, creo que los tres ejes valores/visión/competencias se asimilaron, teniendo en cuenta que es un taller de sólo 12 horas y que esto fue el inicio de cada uno de estos temas. El ejercicio de visión que cada uno preparó me parece un ejemplo concreto. Todos vinieron con el trabajo pensado y escrito, todos lo expusieron ante sus compañeros en forma clara y con mucha confianza. En el momento en que les tocaba escuchar, escucharon y preguntaron para que su compañero se superase, no para lucirse con sus preguntas. Claro que lo más importante de este taller es que cada uno profundice y aplique en el día a día lo que tratamos y eso solo lo pueden decir en un tiempo los participantes. Las conclusiones más importantes las vamos a tener cuando nos reunamos nuevamente con la Comisión, para analizar objetivamente la experiencia. Pero puedo decir que estoy muy entusiasmado con poder repetir el taller en el futuro, porque hemos tratado un conjunto de temas que despertó mucho interés en las personas que participaron: desarrollamos temas sobre los que normalmente los jóvenes Ingenieros no tienen oportunidad de conversar, de profundizar, de reflexionar. Quiero destacar a los chicos de la Comisión de Jóvenes CAI. Además de su calidez, apertura y paciencia para conmigo, remarco algo que hoy no se ve mucho: ellos dedican horas de su vida personal y laboral a pensar en cómo ayudar a otros jóvenes Ingenieros. Es una actitud súper destacable”.