Durante el 2020, el Ingeniero Mariano Wechsler, Co CEO y Co Founder de Digbang y co Founder de Digital House, protagonizó una de las #CharlasCAI sobre “Qué es la Transformación Digital”. En ella explicó por qué se debe mirar a una compañía por cómo trabaja y no por cuánto vale. Wechsler señaló que hay cuatro aspectos a tomar en cuenta en un contexto de transformación digital: los usuarios, los datos, la tecnología y la regulación. “La transformación digital plantea desafíos que tienen que ver con los usuarios”, comenzó explicando Wechsler.
“Para llegar a esos usuarios es necesario contar con datos que los usuarios generan cotidianamente a través de los diversos servicios. Esa información-siguió el experto- es lo que permite reformular la tecnología y este combo de variables entrarán en juego a la hora de las regulaciones”. Tras ejemplificar con casos concretos de empresas que “si no satisfacen la necesidad de los usuarios irán a la competencia en apenas un click”, indicó que la producción de datos genera una espiral “que, en cada vuelta, permite a las organizaciones nuevos aprendizajes”.
“La cultura del aprendizaje nos habilita a todos a creer en algo posible tal como lo cree Mercado Libre que, en todo momento, considera que “recién estamos arrancando”. Y esto es porque este tipo de compañías todo el tiempo están aprendiendo”, describió. Abordó también los casos de Rappi y de Amazon, que puso como ejemplo como empresas con propósito. Por esa razón, aseguró que “tener una misión en la compañía garantiza tener talento. Son empresas, no ONG, pero tienen un propósito claro y eso les permite atraer talento y, así, atraer clientes porque “en un tiempo no van a traer clientes sin propósito”, consideró. Luego avanzó sobre el desarrollo de productos y señaló que los estándares clásicos de documentación no sirven para las compañías digitales. Así, abordó la cuestión de las metodologías ágiles, caracterizadas por interacciones cortas en donde el producto se impone a la documentación y la gente a los procesos, todo en un contexto de escucha con el contexto, el entorno y los usuarios.
En esta semana del CAI, acerca de la Transformación Digital, volvimos a preguntarle que nos espera para este 2021.
La transformación digital llegó para quedarse y avanza a pasos agigantados. Algunas empresas aprovecharon la crisis generada por el Covid 19 para implementar esos cambios y otras no. ¿Cuál es su visión de lo que nos dejó el año 2020? ¿Dónde o en que acción se debería poner el foco, de cara al futuro?
Creo que hay muchas cosas que van a quedar como las vivimos durante los tiempos de cuarentena y otras volverán atrás, como eran antes de la pandemia. En definitiva, hay paradigmas que no van a volver y creo que ahí la tecnología ayudó muchísimo y va a ser evaluada en el futuro como lo que permitió, que el efecto de la pandemia haya sido mucho menor que el que podría haber sido. ¿Alguien se imagina esto mismo que pasó, pero en 1990, previo a internet? Es impensable e invivible en algún punto. Sí creo importante recalcar que las compañías y las organizaciones que ya habían comenzado con un camino de transformación, o que naturalmente nacieron trabajando de nuevas formas, se pudieron adaptar mucho mejor a la situación. De cara al futuro creo que es un punto a tener en cuenta: hay que invertir definitivamente en tecnología y metodologías de trabajo para estar mejor adaptados a los cambios abruptos, como estos, y a los que día a día ocurren de forma sutil pero que acumulados en el tiempo también generan un gran impacto. Solo ver los cambios de hábito en el consumo, que ocurrieron de un día para el otro y que separaron las aguas entre los que ya estaban preparados y los que no, demuestra que no hay que esperar a necesitar cambiar para empezar a hacerlo.
¿Cómo quedó la Argentina, respecto a otros países de la región y del mundo, en materia de transformación digital, y que acciones debería implementar hacia el futuro? ¿Podría citar algunos ejemplos comparativos?
Como siempre tenemos dos caras de la moneda en términos locales… Las compañías digitales crecieron de forma abismal mientras que las tradicionales sufrieron muchísimo el no haber empezado con esa transformación en lo que respecta a las metodologías o formas de pensar (siempre entendiendo transformación digital como un cambio cultural y no simplemente tecnológico). A su vez todo lo que son servicios de conocimiento explotaron a nivel mundial en cuanto a demanda y eso a nuestro país lo favorece y lo desfavorece al mismo tiempo. Con la realidad del trabajo remoto las compañías locales que necesitan recursos vamos a sufrir la competencia externa que a su vez es una suerte para la realidad de mucha gente que trabaja desde acá y consume en el país, tenemos que seguir trabajando y convenciendo a mucha, mucha, más gente que nuestra profesión, y muchos de los oficios digitales, son una oportunidad de vida increíble para ampliar tanto las oportunidades para la gente como para las organizaciones que van a demandar esos recursos. ¡Tenemos que lograr cambiar el “mi hijo el doctor” por “mi hijo el ingeniero” o “mi hijo el programador”!
La Argentina como país, ¿qué acción urgente debería realizar para evitar quedarse relegada de la gran transformación digital, que además es tan dinámica?
Desde el punto de vista de las organizaciones, no creo que el país pueda hacer mucho pero desde el punto de vista de las personas si: Comunicar, comunicar, comunicar, comunicar.
Hace años que ser ingeniero es una oportunidad de calidad de vida y oportunidades. Paso la época del ingeniero que manejaba un taxi, que sufrimos hasta en formato de publicidad, quizás alguien lo recuerda: un sitio de empleo que sobre los taxis de la ciudad puso un cartel “ingeniero, nunca taxi” (deteste esa publicidad por cierto). Teniendo ese potencial, ¿vieron comunicaciones del Estado, o los Estados, fomentando el estudio de nuestras carreras? ¿Vieron comunicaciones fomentando las becas para estudiar ingeniería o avisos publicitarios gigantes en las calles contando donde faltan recursos y hay trabajo? Yo no lo vi nunca… Y creo que es parte de la transformación que tenemos que lograr: convencer mucha más gente que primero es posible, que no somos bichos raros, que no es imposible estudiar nuestras carreras. Fácil no es, pero no es imposible y el resultado vale la pena.
¿Qué rol podrían jugar los ingenieros en esa transformación digital, pensando en el futuro?
Fundamental. Tenemos la formación y las cabezas para analizar, entender y empujar a las organizaciones en el cambio, ya no somos un “proveedor” interno de las compañías, somos el negocio y somos los que podemos crear productos y soluciones bajo las metodologías de trabajo que alientan la transformación, había que haber empezado hace unos años pero no importa, empecemos mañana mismo.