En la charla, llevada a cabo el 25 de agosto, el Ing, Pablo Bereciartúa, Presidente del CAI, nombró al invitado, Thomas Malone, socio honorario del CAI y mantuvo un diálogo con él. El Ing. Bereciartúa quiso saber, “¿Cuál es su visión de la realidad en torno a la inteligencia artificial? ¿Estamos realmente en un momento en el que las cosas se están revolucionando y serán inimaginablemente diferentes de lo que son ahora? ¿Es la IA un verdadero punto de inflexión para nosotros o no?”
Malone respondió: “Es una pregunta muy interesante. Quiero tomar un término medio para responderla. Creo que es absolutamente un error decir que la inteligencia artificial no tendrá ningún impacto. Creo que también es un error decir que la inteligencia se hará cargo del mundo y el mundo será completamente diferente. Creo que la verdad está en el medio, ya que suele ser así en preguntas como ésta. La inteligencia artificial en los últimos años, durante la última década, hizo grandes avances y ahora es capaz de hacer cosas que hubieran sido completamente imposibles, digamos hace 10 años. Muchas de las cosas que ahora es capaz de hacer la IA serán extremadamente útiles para muchas partes de los negocios y muchas partes de la sociedad. Por otro lado, mucha gente piensa que IA será tan inteligente como los humanos y eliminará todos los trabajos humanos y se apoderará del mundo. Creo que eso es muy poco probable; esos temores están bastante fuera de lugar. También es incorrecto suponer que IA no ayudará mucho. Creo que parte del problema es que mucha gente piensa que la inteligencia es unidimensional. Un humano es más inteligente que un perro. Un perro es más inteligente que una cucaracha y si las computadoras llegan a ser como los perros más inteligentes, serán casi tan inteligentes como los humanos y muy pronto serán aún más inteligentes. Creo que es una forma equivocada de pensar sobre esta situación. La inteligencia es en realidad una cosa de muchas dimensiones. Hay ciertos tipos de inteligencia para los que las computadoras han sido durante cincuenta años mejores que las personas, como la aritmética. Durante décadas, las computadoras han sido mejores que los humanos haciendo aritmética de manera más rápida y precisa. Habrá más y más cosas como esa que las computadoras harán tan bien como y, en muchos casos mejor, que los humanos. Las computadoras pueden funcionar ahora mejor que las personas en el reconocimiento de patrones. Pero también hay muchas cosas que la gente todavía hace mejor que las computadoras. Algo tan simple como mantener una conversación, por ejemplo. Incluso un ser humano de 5 años es capaz de mantener una conversación sensata sobre una gama mucho más amplia de temas que los programas de computadora más avanzados pueden hacerlo en la actualidad. Las computadoras no están ni cerca de tener la capacidad que tiene la gente. Una mejor manera de pensar en esta oportunidad no es que las computadoras reemplacen a las personas, sino que las computadoras trabajen con las personas”.
“Déjeme llevarlo al escenario hipotético de conocer al presidente argentino y que éste le pregunte qué debe hacer para poder desarrollarnos en este nuevo mundo. ¿Qué nuevas ideas deberán tener los políticos e instituciones estatales?”, le propuso Bereciartúa.
“Creo que interpretaré la pregunta en el sentido de qué deben hacer los países con respecto a la viabilidad de sus poblaciones, de los ciudadanos en esta economía cambiante”, comenzó Malone con su respuesta. “¿Cómo podemos aumentar las posibilidades de que la población aún sea económicamente viable en esta nueva economía? Creo que también incluirá preguntas sobre el mundo que me gustaría para mis hijos y los hijos de mis hijos, así que permítame responder a esas dos preguntas por separado. La primera pregunta, ¿cómo puede nuestra población seguir empleada? La respuesta obvia y casi un cliché, es que necesitamos estar seguros de que nuestra población está capacitada en las nuevas tecnologías, las nuevas tecnologías relacionadas con las tecnologías de la información por lo que sería importante para el presidente de este país, digamos Argentina, aumentar la calidad de la educación o las oportunidades educativas. Las personas en el país deberían estar capacitadas en el uso de la tecnología o en el desarrollo de la tecnología. Hablamos de la industria editorial. Cuando haya una tecnología que distribuye material bien escrito libremente, ¿qué otras cosas las nuevas tecnologías de Internet y la inteligencia artificial harán más económicamente útiles? Creo que todavía no sabemos las respuestas a muchas de esas preguntas. Aunque tengo una respuesta que creo que sorprenderá a mucha gente y que será importante para mucha gente, aún, por ejemplo, el presidente de la Argentina. Las nuevas tecnologías de la comunicación y de la inteligencia artificial de hecho aumentan la importancia de saber llevarnos bien con otra gente. En otras palabras, los beneficios de ser buenos en nuestras interacciones con los demás, de tener buenas habilidades interpersonales, serán mayores a medida que avance la tecnología de la comunicación virtual. Ya no se trata de algunas personas en una pequeña ciudad que se conocen desde hace mucho tiempo y que de alguna manera aprendieron a llevarse bien con sus vecinos locos. Ahora se trata de montones de gente que tienen la oportunidad de comunicarse online con una gran cantidad de gente, así que se necesitan habilidades interpersonales y también sentido común. Se va a requerir conocimiento tecnológico, cómo usar el software, por ejemplo, pero también se necesitará algo muy diferente. Para algunos países y alguna gente la oportunidad real no estará en convertirse en programador sino por ejemplo en community moderator, o en vendedor online o terapeuta online. Esto contestaría la parte económica de la pregunta. La otra parte se refiere a cómo sentiremos que cumplimos nuestra responsabilidad al dejarles este mundo a los hijos de nuestros hijos. Estas son preguntas más difíciles, preguntas filosóficas e incluso espirituales. Voy a dar algunas respuestas que, de alguna manera, están moldeadas por mi filosofía y no necesariamente va a coincidir con los demás. Una respuesta obvia es que cada vez más gente coincide en que debemos evitar dañar nuestro medio ambiente. Esto es algo que le diría al presidente de la Argentina. Y a este respecto creo que lo más importante tiene que ver con el clima social. ¿Qué tipo de sociedad, qué tipo de mundo queremos dejarles a nuestros nietos? Creo que algunos aspectos de la filosofía económica nos pueden desviar. Pensar sólo en la manera de hacer mucho dinero rápidamente y pensar solo en el corto plazo, nos lleva a un mundo despiadado. Alguna gente encontrará la respuesta en la religión o en la espiritualidad. Otros la encontrarán en el entendimiento más profundo y científico del mundo. Si yo fuera consultor del presidente de la Argentina le sugeriría que canalice las conversaciones tratando de definir en qué país queremos vivir y cómo sacar provecho de las nuevas tecnologías para hacerlo posible”, señaló.