El 14 de febrero se celebra el Día Mundial de la Energía. Su origen se remonta a la Conferencia Internacional de 1998 en Austria, cuando se debatió la crisis de la energía y las posibles soluciones. Tiene lugar tras el acuerdo universal sobre cambio climático de París, por el que países desarrollados y en desarrollo se han comprometido a prevenir un incremento de la temperatura global a menos de 2ºC respecto a la era preindustrial.