Día Mundial de la Energía

Día Mundial de la Energía

El 14 de febrero se celebra el Día Mundial de la Energía. Su origen se remonta a la Conferencia Internacional de 1998 en Austria, cuando se debatió la crisis de la energía y las posibles soluciones. Tiene lugar tras el acuerdo universal sobre cambio climático de París, por el que países desarrollados y en desarrollo se han comprometido a prevenir un incremento de la temperatura global a menos de 2ºC respecto a la era preindustrial.

Además, según Naciones Unidas, más de un tercio de la población mundial no tiene acceso a formas avanzadas de energía, siendo los 30 países más desarrollados, con 15% de la población total, los usuarios de 60% de las nuevas formas de energía. Al respecto ha desarrollado Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por su parte la Unión Europea se ha marcado para este año que 20% de la energía sea renovable y la Comisión Europa anunciado un «Pacto Verde Europeo», destinado a convertir a Europa en el primer continente de cero emisiones de carbono para 2050. De hecho las normas europeas de CO2 no dejan otra elección que la electrificación masiva del sector del automóvil, que ha iniciado una transformación hacia la movilidad eléctrica. En conjunto la rápida evolución tecnológica permitirá una electrificación mayor en transporte, edificios y fabricación.

Hay que tener en cuenta que, tras décadas de subvenciones, la estructura de costos en energía eólica y solar está siendo más competitiva que la electricidad a partir de combustibles fósiles, en muchas regiones, y ya se debe sumar la adición de nueva capacidad de la mayoría de empresas de servicios públicos de alta calidad. A esto contribuyen las economías de gran escala, los avances tecnológicos y las mejores condiciones de financiación. De manera que la demanda de renovables, con la caída sustancial de los costos relativos y absolutos de los últimos años, está resurgiendo en mercados que no podían permitirse la tecnología, como China, India y sureste asiático, especialmente donde las condiciones meteorológicas favorecen a la eólica y solar. China es ya, el mayor mercado eólico del mundo y está en vías de convertirse en el mayor mercado solar, por nueva capacidad.

De hecho las fuentes de energía hidroeléctrica, eólica y solar ya sumaron la mitad de instalaciones de nueva capacidad en 2015 y pueden superar al carbón para convertirse en la mayor fuente de generación de energía para 2030.

También hay que tener en cuenta que los fabricantes relacionados con el transporte, que representan 80% del consumo de petróleo, tienen con la presión regulatoria, un incentivo adicional para desarrollar motores más eficientes, lo que beneficia a empresas especializadas en repuestos, tecnologías de automatización y redes inteligentes. Además el costo de almacenamiento de energía, que se ha reducido un tercio, es previsible que se reduzca otro tercio para 2030. Para ese año la cuota de coches eléctricos puede ser del 20% y la “e-movility”, uno de los principales protagonistas. 

Además las fábricas utilizan cada vez más software sofisticado para ahorrar energía. Al mismo tiempo, la demanda de bajas emisiones por parte de los edificios, viene respaldada por normas más estrictas. En residencias o comercios, que representan aproximadamente 40% de consumo mundial de energía, se pueden lograr ahorros con mejor aislamiento, sistemas de calefacción y aire acondicionado, iluminación LED y arquitectura y edificios inteligentes. A ello se le añade la búsqueda de mayor eficiencia energética impulsada por la explosión de las necesidades de almacenamiento de datos, lo que requiere de mejor refrigeración, diseño y microprocesadores más eficientes.

Por otra parte el mundo está saliendo del gas natural, e infraestructuras de gas, como combustible de transición. Hace tres años se lo tenía en cuenta como energía poco contaminante, pero el mundo ha alcanzado el punto de inflexión que requiere transitar hacia economías de muy baja huella de carbono. Incluso se han dado las primeras prohibiciones de nuevas conexiones de gas para viviendas en Reino Unido o Países Bajos. Se supone que el gas, seguirá siendo unos años más, el elemento de la transición energética, debido a la crisis desatada entre Rusia y Ucrania, que hizo ralentizar todos esos planes.

Lo cierto es que es un momento interesante para introducirse en esta temática de inversión para los próximos tres a cinco años. Y la Argentina, si acelera su producción de variadas fuentes de energías, y logra estabilizar su economía, haciéndola sustentable y previsible, puede subirse a este cambio, como gran proveedor energético.

Durante estos últimos meses, desde el CAI, hemos repasado algunas de las varias actividades realizadas con respecto a uno de los temas vitales para nosotros: la transición energética. 

Repasamos lo visto en charlas cómo la del “Ciclo Movilidad en el AMBA: Las políticas urbanas y el transporte, Los ferrocarriles como estructura del sistema”; el Ciclo “CAI- NASA: Extensión de la vida útil de las Centrales nucleares: Embalse y Atucha”; y “Cambio Climático: El camino de Francia hacia la neutralidad de carbón en 2050”. Además revivimos la presentación del libro, “Estrategia de transición energética Net Zero 2050 en la Argentina”, realizado en conjunto por los equipos técnicos del CAI y la ANI. 

 

Conoce nuestro destacado #TransiciónEnergéticaCAI


Al mismo tiempo repasamos el Ciclo Startups, esta vez bajo la consigna, “Una mirada sobre la eficiencia energética”; y la mesa redonda, realizada entre el CAI y el CACME, Una nueva perspectiva para la Hidroelectricidad. 

En este 2023, seguiremos profundizando en estas temáticas e insistiendo en que la Argentina, tiene todos los recursos para ofrecerle al mundo, lo que este demandará en los próximos años: Alimentos y Energía, producida por el talento y la ingeniería argentina.