El viernes 16 de septiembre un grupo del CAI, integrado por socios, no socios y estudiantes, visitaron la Planta Potabilizadora San Martín, de la empresa AySA, ubicada en pleno Palermo, sobre la Avenida Figueroa Alcorta.
Durante el recorrido, en compañía de funcionarios de la planta que fueron explicando el paso a paso de la gestión del agua potable, el grupo del CAI recorrió los enormes piletones de agua a cielo abierto, los decantadores en uno de los edificios, el laboratorio de la planta y diversas zonas que son claves para el tratamiento. Durante la visita, observaron, en pleno funcionamiento, la potabilización del agua, así como el ciclo del servicio, el uso racional del agua y la preservación del medioambiente.
En el comienzo de la visita explicaron que la planta abastece de agua potable a 5,8 millones de hogares de la Ciudad de Buenos Aires y de los partidos de San Fernando, San Isidro, Vicente López, San Martín, Tres de Febrero, Morón, Ituzaingó, Hurlingham y una parte de La Matanza, en el conurbano bonaerense. En el recorrido por las 28 hectáreas, se pudo observar como es el proceso de tratamiento de los 3.100.000 metros cúbicos diarios. Esta planta fue inaugurada en forma parcial en 1913 y completa en 1928.
El primer paso, llamado de captación, ocurre en la torre de toma que se encuentra a 1.200 m de la costa, es de forma octogonal y tiene protección de rejas gruesas en cada una de sus 8 ventanas, con el fin de evitar la entrada de sólidos gruesos. El agua que ingresa a la torre de toma llega a la planta a través de un conducto de 5,40 m de diámetro
La etapa siguiente es la de elevación y coagulación. Para esto la planta cuenta con 13 bombas elevadoras (8 verticales y 5 horizontales) que funcionan según la demanda, con capacidad para elevar más de 3,5 millones de m3 de agua por día, a una altura de 10 m con respecto del nivel del río. Esta elevación permite que el recorrido del líquido en la planta se realice por gravedad.
A partir de los ensayos que se realizan en el laboratorio de la planta, se determina la dosificación del coagulante. La arcilla que contiene el río está en estado coloidal con carga negativa. Por eso, al agregar el coagulante con carga eléctrica positiva, se produce la desestabilización de los coloides, que da como resultado coágulos, que llamamos flocs. La adición de un polielectrolito aumenta la cohesión o resistencia al floc.
Los pasos a seguir en la etapa de floculación/decantación y filtración son:
Floculación: Cuyo objetivo es favorecer el choque de los microflocs, formados inicialmente para que puedan aumentar su tamaño. Se necesita para ello una agitación suave, generada por medio de un agitador de palas, instalado en cámaras de oculación situadas a la entrada de los decantadores estáticos, o por medio del manto de barro en decantadores pulsantes.
Decantación: El agua, mezclada con el coagulante ingresa a los decantadores, avanzando lentamente, lo que permite la precipitación de los flocs. Hay dos tipos de decantadores, los estáticos y los Pulsátor. En ambos tipos de decantadores se elimina aproximadamente un 90% de arcilla y un 95% de bacterias.
Decantadores estáticos: Son de flujo horizontal. El agua recorre los 100 m del decantador saliendo por los vertederos que la conducirán al canal colector, rumbo a los filtros. La duración del recorrido es de 2 horas aproximadamente.
Decantadores Pulsátor: Son de flujo vertical con manto de barro en suspensión. El agua con coagulante y polielectrolito ingresa por el fondo del equipo y entra en contacto con un lecho de barro suspendido, el cual actúa como manto filltrante. Las partículas que van ingresando quedan frenadas por ese manto de barro. Por medio de la pulsación se logra que el manto tenga una consistencia homogénea para evitar el efecto chimenea. Son más rápidos y compactos que los estáticos.
Hay 130 filtros, que se encargan de retener las partículas que escaparon de la etapa de decantación.
En la etapa de desinfección y alcalinización del agua, se agrega una dosis de cloro a las reservas con el fin de eliminar el resto de bacterias que hubieran podido llegar hasta este punto del proceso y también para lograr una concentración residual que prevea contaminación en las redes, según las normas de calidad vigentes establecidas por el laboratorio.
El agregado de coagulante aumenta la acidez del agua, por lo que se añade cal para equilibrarla. La cantidad de cal varía según los resultados de los análisis que se realizan en el laboratorio. Este agregado químico es primordial para bajar la acidez y preservar las redes de distribución metálicas
En cuanto a la tarea de distribución del agua, una vez que el agua potable sale de la reserva, ya está en condiciones de ser distribuida para el consumo. El agua potable es enviada mediante ríos subterráneos. Los mismos son cañerías de hasta 4,6 m de diámetro, que llevan agua por gravedad hacia las estaciones elevadoras. La planta potabilizadora Gral. San Martín cuenta con una estación elevadora llamada Impelentes Principales.
Durante todo el proceso, AySA controla en forma continua el sistema de distribución a través de 288 puntos de medición de presión de caudal en la red, 18 estaciones elevadoras y 3 plantas potabilizadoras.
El Laboratorio Central está equipado con tecnología de última generación y es uno de los laboratorios más reconocidos de América Latina. A través del laboratorio, se controlan parámetros de caudal, presión y calidad del agua en distintos puntos de medición de la red de abastecimiento de agua potable. Además, lleva a cabo todos los análisis físicos, químicos y biológicos desde que el agua ingresa a la planta hasta que llega a los hogares para ser consumida.
Durante el recorrido, que se realizó al mediodía, el grupo de visitantes del CAI realizó preguntas y comentarios que fueron respondidos por los guías profundizando la información. Al finalizar, todos se tomaron imágenes de la visita.