El camino hacia una cada vez mayor proporción de las llamadas energías renovables en la generación eléctrica pasa por conseguir medios de almacenaje cada vez más económicos y eficientes.
En la actualidad se dispone de un auténtico abanico de tecnologías, de las que los grupos de baterías ion-Li parecen llevar la delantera: se han llegado a superar los 130 MWh de capacidad para dar hasta 100 MW y se anuncia una planta de 450 MWh a ser instalada en Australia y también construida por TESLA, para proporcionar 300 MW de energía si es necesario.
Se han propuesto otros varios medios de almacenaje siempre orientado al aprovechamiento de excedentes energéticos “verdes” por transformación en otro tipo de energía: térmica, mecánica o aire presurizado, que se puedan revertir de nuevo en electricidad, con mayor o menor capacidad y rendimiento. Además de los indicados, la electrolisis del agua permite utilizar el hidrógeno para su aplicación directa por medio de las pilas de combustible.
Ahora es un nuevo proceso el que se va a presentar en el Reino Unido como paradigma de sistema que permite alcanzar capacidades tan elevadas que serían capaces de aportar durante tiempo prolongado un suficiente nivel energético, simplemente disponiendo de medios elementales y económicos de almacenaje. El proyecto CRYOBattery, de Highview Power, anuncia la construcción de una planta en Manchester de 250 MWh de capacidad, capaz de suministrar 50 MW mediante la transformación de los excedentes en aire licuado y almacenaje posterior del mismo, lo que supondría, tras la reversión, 5 horas de suministro a unos 50.000 hogares.
En el proceso, el aire ambiente es enfriado a -196ºC y almacenado a baja presión, para aprovechar su expansión posterior para generar electricidad mediante una turbina. La capacidad de estas plantas es fácilmente ampliable y flexible, se mide exclusivamente por la de sus depósitos de almacenaje y la potencia a aportar por la correspondiente a la turbina generadora. La planta citada programa estar en operación comercial en 2023.