De acuerdo a un artículo que esta semana publicó Murat Sônmez, Director Gerente del WEF, en The National, nuestros teléfonos siguen nuestros pasos y muchos usan dispositivos portátiles de bajo costo que pueden recopilar nuestros elementos vitales y nuestro estilo de vida. “¿Cómo podríamos usar estos datos de manera más eficiente? ¿Podrían los usuarios definir proactivamente para qué se pueden usar sus datos, cómo acelerar la cura del COVID-19, o la demencia o el cáncer?”, se pregunta. Los datos personales de los dispositivos portátiles podrían transmitirse automáticamente y se cifrarían, solo se compartirían las partes relevantes, junto con las reglas de gestión de derechos digitales adjuntas, al igual que la forma en que la música se compra y vende actualmente en línea. Entonces se podría hacer cumplir, mediante contratos inteligentes de blockchain que garanticen, que los datos no se puedan usar para otros fines. Con esos datos, los algoritmos inteligentes de aprendizaje automático podrían identificar las tendencias que los expertos humanos pueden perder, y luego formular recomendaciones para que los Ingenieros los revisen y validen. El proceso podría acelerar la detección en el caso de COVID-19. Esta crisis ha movido a muchos en línea. Si bien muchos todavía sienten los mayores efectos, hay quienes miran hacia nuestro futuro más digital y hacen preguntas importantes. Los gobiernos, los ciudadanos privados, las empresas y las ONG deben garantizar que toda la sociedad pueda beneficiarse de dichos avances.