Ariel Torres es un periodista argentino especializado en divulgación científica y tecnológica. Se desempeña desde 1994 como columnista y editor del suplemento de Informática del diario La Nación, en esta entrevista nos da a conocer su punto de vista de las tecnologías disruptivas y cómo han transformado radicalmente la sociedad.
Pregunta: Desde tu perspectiva como periodista, ¿cómo ha evolucionado la relación entre las tecnologías disruptivas y la sociedad a lo largo de la historia?
Respuesta: Las tecnologías disruptivas son muchas, pero un pequeño grupo está asociado al lenguaje humano, algo único en la naturaleza. La doble articulación del lenguaje, descubierta por Martinet, nos permite un grado de abstracción que da origen a la matemática, la lógica, la biología, etc. Las tecnologías relacionadas con el lenguaje fueron pocas: la escritura (hace 5000 años), la imprenta (hace 500 años), las computadoras y finalmente Internet.
Curiosamente, estas tecnologías, que potencian lo más importante del ser humano, fueron inicialmente controladas por una élite. La escritura no se difundió masivamente al principio, la imprenta rompió un orden de siglos en el que la información estaba controlada, y cuando salieron las primeras computadoras personales, nadie creía que a la gente le importarían. Un ingeniero de IBM me dijo que si vendían 250.000 computadoras en cinco años, sería un éxito. A los dos años, vendían 250.000 computadoras por mes. La gente quería procesar información. Internet, también, fue considerada una moda pasajera, pero era una tecnología disruptiva que reducía el costo de la propagación de información.
Estas tecnologías fueron mantenidas bajo control hasta que un clima de época, como el de Internet, las abrió al mundo. Hoy, hablamos a través de una tecnología TCP/IP, utilizando un mensajero creado por un ucraniano que vendió a Facebook por 22 mil millones de dólares. No estamos hablando por teléfono.
Pregunta: ¿Qué mensaje clave te gustaría transmitir a los asistentes del evento sobre el impacto de las tecnologías en nuestras vidas, más allá de lo disruptivo y la IA?
Respuesta: Primero, hay que evitar hacer pronósticos sobre el futuro. Como dijo un humorista, “Hacer pronósticos es muy difícil, sobre todo cuando se trata del futuro”. No podemos anticipar el futuro e insistir a la clase dirigente que conozca estas tecnologías. La gente en el poder no conoce las tecnologías actuales, ni mucho menos las que vienen. Hablan de algoritmos de inteligencia artificial sin entenderlos y legislan sobre ellos. Esto ya pasó en la historia. Cuando apareció la imprenta, había emperadores y reyes que no sabían leer ni escribir. El poder seguía como si la tecnología no existiera. Hoy, estamos en una situación similar, y es peligroso.
Hace unos meses, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania y otras potencias occidentales tuvieron que pedirle a China y Rusia que firmaran un acuerdo para no conceder el control de las armas nucleares a la inteligencia artificial. Es un delirio, pero tampoco saben qué es la inteligencia artificial. El mensaje clave es no hacer anticipos, porque en general fallan. Los autos voladores nunca llegaron. Y segundo, la clase dirigente debe estar al tanto de las nuevas tecnologías. Los seres humanos somos tecnológicos desde que creamos la primera hacha de pedernal. La clase dirigente no tiene formación en tecnología, y eso es grave.
Pregunta: Has mencionado un tema crucial relacionado con la legislación y la respuesta de varios países ante este asunto. ¿Cómo crees que los prejuicios y las reacciones sociales frente a las nuevas tecnologías pueden influir en su adopción en nuestra sociedad actual?
Respuesta: Los prejuicios siempre están presentes. José Ingenieros decía que los prejuicios son como los clavos: cuanto más se clavan, más se adentran. Es difícil eliminarlos. Son parte del escenario. La verdad es que son un problema. Los prejuicios han sido un problema durante mucho tiempo.
Pregunta: ¿Qué consejo darías para adaptarse y estar a la vanguardia en un contexto de constante disrupción tecnológica, de manera que se beneficie a la sociedad y se minimicen los riesgos que surgen en la actualidad?
Respuesta: No me siento capaz de dar consejos generales. Pero alguien dijo que el drama de estos tiempos es que la tecnología avanza mucho más rápido que la ética. Cada uno de nosotros tiene que tomar decisiones a lo largo de la vida, y a veces se enfrenta a una decisión en la que se pelea la conveniencia y la ética. Hay que elegir de manera ética, aunque no sea conveniente económicamente. Sé que esto suena idealista, pero hay gente que lo hace, y por eso seguimos progresando. Si todos actuáramos por egoísmo y conveniencia, no sé dónde estaríamos hoy, creo que nos habríamos extinguido. Está en cada uno de nosotros tomar las decisiones más éticas posibles. Cuando se nos dice que esto no va a suceder todos los días, en realidad nos puede pasar una o dos veces en la vida, ya sea a un ingeniero, a una persona común o a alguien en la clase dirigente. Quiero decir que el trabajo cotidiano de cualquiera de nosotros puede llevarnos a enfrentar decisiones clave que afectan a la sociedad, a la vida de nuestras familias o que, a largo plazo, podrían impactar a todo el mundo. En esos casos, es fundamental ser éticos. Este es un tema en el que tendemos a echarle la culpa a otros y a desligarnos del problema, cuando en realidad cada uno de nosotros ha tomado decisiones en algún momento. Yo lo sé por experiencia propia; cada uno lo sabe en su conciencia y debemos esforzarnos por elegir de manera ética. Esto es cierto. Sin embargo, a esta altura de la vida me doy cuenta de que buena parte de nuestros problemas radica en no haber dicho que no a ciertas cosas en algún momento como sociedad.