El premio fue obtenido por la investigadora Vera Álvarez, quien desarrolló insumos para la elaboración de materiales de protección e inactivación del coronavirus y por Daiana Capdevila, quien recibió el galardón en la categoría Beca, por la creación de sensores para la detección de metales pesados en aguas.
Los desarrollos de las investigadoras son ejemplos de cómo la ciencia básica puede estar al servicio de las necesidades de una sociedad frente a problemáticas emergentes.
“El objetivo general es sintetizar materiales de base polimérica, de bajo costo, de simple preparación e implementación, que resulten eficientes como herramientas para la prevención de infecciones y eliminación del coronavirus de distintas superficies”, detalló la investigadora Álvarez.
Su proyecto “Desarrollo de geles, films y recubrimientos poliméricos para la elaboración de materiales de protección y de inactivación de la Covid-19 de distintas superficies”, tiene por objetivo sintetizar materiales de base polimérica (con grandes moléculas), de bajo costo y simple preparación e implementación, que resulten eficientes como herramientas para la prevención de infecciones y eliminación del coronavirus de distintas superficies.
Álvarez, investigadora de Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (Intema, Conicet- Unmdp), en Mar del Plata, explicó que “el objetivo es insertar el proyecto en la producción de telas para indumentaria de protección sanitaria de quienes están en la trinchera contra el coronavirus, pero que también sirva para para prevenir o minimizar riesgos de infecciones con diversos virus y patógenos”, explicó.
Por su parte, Capdevila, Investigadora Asistente del Conicet en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, Conicet-Fundación Instituto Leloir), recibió el premio en la categoría Beca por su trabajo “Sensores libres de células para la detección rápida de metales pesados en agua en la Cuenca Matanza-Riachuelo”.
Su proyecto busca poner a prueba un método de evaluación rápida y económica de la calidad de agua, aplicándolo al agua disponible para uso y consumo humano en la Cuenca Matanza-Riachuelo.
Recordó que el origen del proyecto de los sensores de contaminantes en agua, por el que recibió el premio, “surgió como una colaboración con la Universidad de Northwestern en 2018 cuando todavía estaba haciendo el postdoctorado en EEUU”.
“Yo venía trabajando fuerte desde 2015 en entender los mecanismos de unas moléculas que terminarían siendo la columna vertebral de estos sensores. Mi objetivo inicial era de ciencia básica, me interesaba entender cómo funcionaban, nunca me imaginé que tendrían una aplicación tan directa”, añadió.
Capdevila describió que “una vez que combinamos mis moléculas con sus (de Northwestern) sistemas de sensado tuvimos en las manos dispositivos sensores que podían medir muy rápido, fácil y barato contaminantes que solo pueden medirse con equipos de varios cientos de miles de dólares”.
La tecnología se llevó a la práctica en California y en Chile, y el proyecto actual de la investigadora consiste en ponerla en práctica en la cuenca Matanza-Riachuelo donde vive un 15% de la población de Argentina.
“Esperamos que el impacto sobre los habitantes de la cuenca sea muy alto, ya que esta tecnología le puede permitir a las instituciones encargadas de garantizar que las personas acceden al agua segura, medir mucho más frecuente y más rápido e incorporar a otros actores sociales en las medidas”, concluyó.
La ceremonia se realizó de modo virtual y estuvo encabezada por el presidente y director General de L’Oréal Argentina, Jean-Noël Divet, y la presidenta del Conicet, Ana Franchi, además de contar con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza.
El premio consistió en un apoyo económico de 700 mil pesos y a la categoría BECA se le otorgaron 490 mil pesos.
Además, se reconocieron dos menciones especiales en la categoría Premio: a María Alejandra García, Investigadora Principal del Conicet en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (Cidca, Conicet-UNLP-Cicpba) de la ciudad de La Plata por su trabajo “Revalorización de cultivos alternativos como fuentes de biopolímeros y subproductos agroindustriales con aplicaciones alimentarias y en la producción de materiales sustentables”. Y a Laura Giambiagi, Investigadora Principal del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla, Conicet-Uncuyo-Gob. Mendoza) por su proyecto “Evolución del campo de esfuerzos durante la construcción del plateau Puna/Altiplano”.
En la categoría Beca también recibió una mención María Poca, Investigadora Asistente del Conicet en el Grupo de Estudios Ambientales del Instituto de Matemática Aplicada de San Luis (Imas, Conicet-UNSL) por su trabajo “Mont-Agua: Comprendiendo la producción de agua de las montañas semiáridas del centro de Argentina: una aproximación biofísica y geoquímica”. Y Mónica García, Investigadora Adjunta del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (Unitefa, Conicet-UNC) y Profesora Asistente en el Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), por su proyecto “Materiales híbridos nanoestructurados y bioresponsivos para optimizar la acción terapéutica de fármacos antitumorales”.