Semana de la Ingeniería Aeroespacial en el CAI

Semana de la Ingeniería Aeroespacial en el CAI

El Ingeniero Miguel San Martín, jefe de Ingeniería de la sección Guíado y Control del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, es el protagonista de la semana y a quien elegimos para realizarle un reportaje respecto de la industria Aeroespacial en la Argentina, de cara al futuro. Hacia fines de 2020, San Martín fue el orador de la charla “Conversación sobre ingenieros, innovación y desarrollo. La experiencia de la NASA”, una de las tres que tocaron la temática de la industria Aeroespacial. “En una nave espacial se necesitan todas las ingenierías. La disciplina de resolver problemas es multidisciplinario. En el laboratorio estamos a merced de los científicos. Son ellos los que dicen queremos ir a Marte y de la forma más barata posible. Y tienen mucho poder, porque si ellos sienten que la ingeniería del proyecto no está en línea científica, no les gusta, bajan los costos. Ahí existe una tensión que es constructiva. Nosotros debemos garantizar que si hacemos tal cosa, va a mejorar el éxito de la expedición”, relató San Martín, por entonces, a la audiencia del CAI.

San Martín, nació en Villa Regina, Río Negro, estudió en el Colegio Industrial Pío IX, en Buenos Aires, y realizó sus estudios universitarios en EE.UU. Se recibió con honores “summa cum laude” en la Universidad de Syracuse, EE.UU.,con el título de Ingeniero Electrónico, y del Massachusetts Institute of Technology con un Master en Ingeniería Aeronáutica y Astronáutica. Enseguida fue contratado por el Jet Propulsion Laboratory, el centro de la NASA que se especializa en la exploración robótica planetaria, donde se desempeña desde hace treinta y cuatro años.  Su área de especialización es el Guiado, Navegación, y Control de naves espaciales interplanetarias. Participó en la misión Magallanes, a Venus, y Cassini, a Saturno. Fue nombrado Jefe de Ingeniería del Sistema de Guiado, Navegación, y Control de la Misión Pathfinder, que posó sobre Marte a Sojourner, el primer vehículo robótico móvil. Luego asumió el mismo cargo en la misión a Marte que resultó con el descenso y posterior desempeño científico de los vehículos robóticos Spirit y Opportunity. Se desempeñó como Jefe de Ingeniería del Sistema de Guiado, Navegación y Control que controló al vehículo robótico Curiosity durante su descenso exitoso en Marte el  5 de agosto del 2012. Por sus contribuciones en la exploración espacial, San Martín fue nombrado Fellow del Jet Propulsion Laboratory, en el año 2013, y miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de los EEUU, en 2019.

A pesar de la crisis producida por el Covid 19, en 2020 se han producido lanzamientos importantes, entre ellos los del SAOCOM 1B, los de Space X, y también una constelación de Satellogic, entre otros. ¿Qué novedades y avances se han producido en cuanto a la Ingeniería aeroespacial que impactarán en 2021?

El 2020 fue un año sorpresivamente productivo en la actividad espacial a pesar de los inmensos problemas que trajo Covid 19. Además de los ejemplos importantes incluidos en su pregunta tenemos la misión Chang’e 5, de China, que trajo muestras lunares a la Tierra por primera vez en 44 años. También tenemos la misión Hayabusa 2, de Japón, que retornó muestras a la Tierra del asteroide Ryugu, que si bien fueron tomadas antes de la pandemia requirió un gran esfuerzo por parte de los japoneses para, en plena pandemia, guiar la nave, con su valiosa carga, para un aterrizaje exitoso el diciembre pasado.  China también logró lanzar el 23 de julio Tianwen-1, su primera misión para poner un Rover en la superficie de Marte, en abril. Nosotros en el JPL, logramos lanzar al Rover Perseverancia rumbo a Marte, el julio, lo cual les requirió un esfuerzo monumental dado todas las precauciones que se tuvieron que tomar durante la pandemia. Este esfuerzo no culminó con su lanzamiento, sino que continúa actualmente con todas las actividades que estamos ejecutando para guiar la nave a Marte, y alistarla para su descenso en ese planeta, el próximo 18 de febrero. Otro ejemplo importante de la actividad espacial del año pasado se manifiesta en que se batió un record de 54 años con 31 lanzamientos desde Cabo Cañaveral, en la costa este de los EEUU. Finalmente, otro desarrollo importante en el 2020 fueron la cantidad prodigiosa de actividades de Space-X, asociadas con el desarrollo del Starship, su nuevo cohete para volver a la Luna y mandar astronautas a Marte, culminando con el vuelo espectacular en diciembre del prototipo SN8 que probó con éxito una nueva manera de guiar un cohete para su recuperación y re-uso. Esta es una lista incompleta de las actividades espaciales del 2020 que pienso que en un futuro, cuando nuestros descendientes analicen la tragedia de Covid 19 que nos azotó, mirarán con asombro y respeto, como un ejemplo de la resiliencia y poder del espíritu humano para forjar un mundo mejor aún en condiciones de gran adversidad.

¿En qué área de la especialidad debería enfocarse la Argentina para, por ejemplo, tener su propio lanzador? ¿En qué otras áreas aeroespaciales deberíamos enfocarnos?

Pienso que los que tienen que decidir el rol que tiene que jugar la Argentina en la actividad espacial son los Argentinos, a través del proceso democrático, y teniendo en cuenta los recursos disponibles y las prioridades de la Nación.  No obstante, mi opinión al respecto es que la CONAE, la agencia espacial Argentina, debería continuar el desarrollo de satélites como el SAOCOM 1B para la observación y estudio de la Tierra, que están enfocados a generar conocimientos en áreas importantes para el desarrollo económico del país, su protección y cuidado climático y ambiental. En cuanto al desarrollo de lanzadores, pienso que debería seguir el modelo de la NASA, en cuanto al desarrollo de las tecnologías básicas por el Estado, con el fin de ayudar y fomentar la actividad privada nacional para el desarrollo y operación de sistemas de lanzadores que sean competitivos. La NASA nunca podría competir económicamente con empresas como Space-X, por ejemplo, en el mercado de lanzadores pero si ha contribuido enormemente en las tecnologías y procesos que Space-X usa y también en crear mercados, oportunidades, y financiamiento como es el caso del “Commercial Crew and Cargo Program”, de la NASA, para reabastecer la Estación Espacial Internacional de carga y transportar astronautas. Creo que se puede decir que Space-X hoy no existiría sin ese programa de la NASA. Me parece un modelo interesante para seguir.

¿Cómo está posicionada la Argentina en la ingeniería aeroespacial, respecto a los otros países de la región y del mundo? ¿Podría citar cifras y ejemplos concretos?

No me considero un experto en el tema, pero creo que entre las actividades y logros del CONAE, INVAP, y las compañías como Satellogic, ponen a la Argentina como líder en la región y hacen sentir su presencia en el mundo. Durante el desarrollo del Rover Curiosity, durante la primera década del siglo, el otro gran proyecto que teníamos en el JPL era el desarrollo del instrumento Aquarius, que voló en el satélite Argentino SAC-D. Me acuerdo que a varios de mis colegas y amigos le tocó viajar y vivir un tiempo en Bariloche, donde el INVAP estaba desarrollando el satélite y me contaban lo impresionados que estaban por la capacidad técnica y profesionalismo de los ingenieros argentinos y por la calidad de las instalaciones lo cual, además de llenarme de orgullo, me indicaba que la Argentina había llegado a ocupar un puesto importante en el mundo en la actividad espacial. Entre paréntesis, y volviendo un poco a la pregunta anterior, me gustaría ver a la Argentina y a la NASA reanudar ese lazo de cooperación en el área espacial que duró varios años, culminando con el SAC-D. Algo que nadie puede discutir es que la actividad espacial une a los pueblos aun en condiciones políticas adversas como lo ilustra perfectamente la Estación Espacial Internacional operada por los EEUU, la Unión Europea, Canadá, Japón, y Rusia.

¿Qué rol podrían jugar los ingenieros argentinos para avanzar aún más en éstas áreas?

Nuevamente, no me siento un experto para opinar con autoridad sobre esto pero creo que en el caso argentino la capacidad y el conocimiento sobre las ingenierías requeridas, para continuar el desarrollo nacional en el área espacial, son más que adecuadas para hacerlo. Pienso que lo que se necesita son los planes nacionales y los recursos económicos necesarios y eso es el campo de los gobernantes de la Nación que tienen que decidir, entre todas las necesidades del país a la cual se le suma los efectos de la pandemia, lamentablemente. Los ingenieros, obviamente, pueden seguir contribuyendo como educadores y mentores de las nuevas generaciones, para asegurarse que los recursos humanos estén listos para formar parte de la actividad espacial del Estado o privadas. Foros como el que puede ofrecer el CAI, por ejemplo, pueden tener un rol importante en educar a la población de los grandes logros del país en el área espacial y de las ventajas que puede tener para la Nación la expansión de esas actividades, incluyendo inspirar a los jóvenes a que sigan carreras en las ciencias y la tecnología. Esto también puede influenciar a que los líderes del país dediquen más recursos a esta actividad, que no solo es importante para el desarrollo económico de una Nación, pero como se demostró en 2020 ante la pandemia, también para elevar nuestro espíritu ante la adversidad y unir al mundo en pos de un futuro mejor.

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