Taller sobre Revolución Industrial

Taller sobre Revolución Industrial

Se llevó a cabo en la Biblioteca Luis A. Huergo del CAI, a través de cinco clases dictadas por el Ing. Arístides Bryan Domínguez.

Transmitir conocimientos es una de las misiones del CAI y el Ing. Arístides Bryan Domínguez, presidente de la Comisión de Historia del Departamento Técnico, recorrió ese camino al dictar el taller cuyo eje fueron los principales logros de la ingeniería durante la Revolución Industrial del siglo pasado. A lo largo de cinco clases Domínguez quedó satisfecho con lo realizado y evaluó así la realización de este curso: “La receptividad de los asistentes fue excelente. Fue un auditorio calificado que se interesó en la temática del curso y prestó gran atención a lo largo de las presentaciones. Fue una experiencia sumamente gratificante. Me siento muy agradecido con el CAI por esta excelente oportunidad que me ha brindado”.

Luego de que Domínguez presentara en la Biblioteca Luis A. Huergo del CAI su libro “Flujo de Fluidos Viscosos – Propiedades, Principios y Ecuaciones Fundamentales”, surgió la posibilidad de lanzar el taller vinculado a la historia de la ingeniería. Así fue que la presentación contuvo los principales logros de la ingeniería durante la Revolución Industrial: Gran Bretaña fue su epicentro, con numerosos y notables descubrimientos científicos en toda Europa, como también los hubo en los Estados Unidos en el último cuarto del siglo XIX. “El desarrollo de la presentación sigue una línea histórica principal, con algunas derivaciones locales en las que he intentado mostrar la evolución de ciertas áreas de la ingeniería”, agrega Domínguez. Además, destaca dos propósitos fundamentales: elaborar un registro documental sobre las ideas básicas que dieron sustento a la Revolución Industrial, los hombres que aportaron sus inteligencias, sus capacidades y su creatividad, las áreas de la actividad humana sobre las que la Revolución Industrial ejerció una influencia transformadora notable; y contar con un documento útil en la enseñanza, tanto de la ingeniería como de la Historia de la Ingeniería”.

El temario se dividió de la siguiente manera, clase por clase: introducción (comienzo del mundo contemporáneo en Occidente; la Revolución Industrial -etapas-); la revolución tecnológica – los precursores (primeros motores a vapor, prensa hidráulica, fundiciones de hierro, industria textil); la revolución tecnológica – los ingenieros de la época victoriana (túnel bajo el río Támesis, ferrocarril atmosférico, puentes, viaductos, acueductos, navegación oceánica); la revolución tecnológica – los ingenieros de la época victoriana (la Gran Exposición de Londres de 1851, el telégrafo oceánico, el cable telégrafo, las turbinas a vapor en la propulsión naval); y los precursores de la aeronáutica (barriletes, aviones, globos, dirigibles, helicópteros, motores, reactores).

Analizando el presente y el futuro surge el interrogante: así como se vivió una revolución industrial, ¿ya existe una revolución digital? Y dice Domínguez: “Creo que esa revolución existe y está produciendo cambios trascendentes en todas las áreas de la ingeniería. Una de estas áreas es precisamente el proceso de diseño en el que con los poderosos softwares que se han desarrollado se permite la participación de varios ingenieros diseñadores que pueden estar ubicados en diferentes lugares del mundo. Creo necesario aclarar que esto no implica disminuir la importancia del pragmatismo que caracteriza al ingeniero. Otra área importantísima es la inteligencia artificial”.

Apelando a la experiencia de Domínguez en la educación y a su interés por ella, vale su análisis sobre la actual formación de ingenieros en la Argentina: “En general es buena. No obstante, considero que es necesario incrementar significativamente los trabajos de Laboratorio, la relación entre las Facultades de Ingeniería y las empresas industriales e implementar en las materias de mayor contenido profesional el “análisis de casos”, guiado por profesores expertos. No debemos olvidar que la esencia de la ingeniería son la innovación y la creatividad, absolutamente necesarias en el proceso de diseño”.

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