En la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que finalizó hace dos meses en Sharm el-Sheij (Egipto), la Comisión Europea destacó su ambición y flexibilidad para mantener al alcance el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El bloque de la UE jugó un papel fundamental para imponer, en negociaciones difíciles y complejas, contribuyendo a mantener vivos los objetivos del Acuerdo de París.
Además, la labor Europea contribuyó a establecer nuevos mecanismos de financiación equilibrados, con una base de donantes más amplia, a fin de ayudar a las comunidades vulnerables a hacer frente a las pérdidas y los daños causados por el cambio climático.
La Unión Europea es líder mundial de la acción por el clima al haber reducido ya sus emisiones de gases de efecto invernadero en más de una cuarta parte con respecto a los niveles de 1990, mientras que su economía ha crecido en más de un 60 %. Con el Pacto Verde Europeo, presentado en diciembre de 2019, la UE volvió a aumentar su nivel de ambición climática comprometiéndose a alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050. Este objetivo pasó a ser jurídicamente vinculante con la adopción y la entrada en vigor de la Ley Europea del Clima en julio de 2021, que establece un objetivo intermedio de reducción para 2030, al menos en un 55 % con respecto a los niveles de 1990. Este objetivo para 2030 se comunicó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Y la financiación hacia afuera de la UE, para ayudar a otros países a bajar sus emisiones de CO2, y comenzar a transitar el camino hacia energías limpias, es clave. Francia es una de las naciones de Europa que va a la cabeza en este camino.
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Conoce nuestro destacado #TransiciónEnergéticaCAI
La Argentina es beneficiaria, del programa y está implementando su Plan Nacional de Eficiencia Energética, con el apoyo de la UE.
Ese Plan estaba predefinido, y trata de trabajar con los tres sectores que consumen el 80% de la energía, y que son el sector residencial, la industria y el transporte, desarrollando específicamente diagnóstico para cada uno de ellos. Esto permitió conocer cómo se consume la energía en cada sector, cuáles son las fuentes principales que se utilizan, cuáles son los potenciales de ahorro, que tan lejos estamos de la media internacional y cuál es el camino a seguir. Las tareas del momento son identificar las barreras para implementar el Plan, algunas, – según los sectores-, tienen que ver con la falta de capacidad, el costo y el acceso al financiamiento, o los problemas de comprensión de la información, algunas vinculadas a barreras socioculturales y de concientización, donde la eficiencia energética todavía no figura como una variable de decisión.
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