Logran producir a gran escala una proteína para desarrollar test de antígenos

Logran producir a gran escala una proteína para desarrollar test de antígenos

Investigadores del Instituto Leloir y del Conicet lograron desarrollar un sistema para producir una proteína clave para el desarrollo de test de antígenos -que permiten detectar el coronavirus en sólo 15 minutos- y además es de gran utilidad en el diseño de tratamientos, vacunas y pruebas serológicas complementarias.
“Los virus como el SARS-Cov-2 (de ARN) tienen su genoma protegido por proteínas que por eso llamamos nucleoproteínas o nucleocápside (N); estas proteínas se presentan de diferente manera y son muy abundantes. Lo que nosotros logramos es producir en el laboratorio, a gran escala, la proteína N del coronavirus, que se puede utilizar con diversos fines”, explicaron desde el Conicet-Instituto Leloir. Los integrantes del grupo que participan del proyecto son Araceli Visentin, Ramón Peralta Martínez, Gabriela Camporeale y Silvina Borkosky.
“En el virus real, la proteína se encuentra unida al genoma de ARN del virus; apuntamos a formas de la proteína que imiten su estado natural”, agregó. Entre esos fines posibles se encuentra el desarrollo de test de antígenos, que es una prueba que permite obtener en forma rápida información sobre la presencia del virus: “A partir de tener purificadas estas proteínas, podemos seleccionar anticuerpos monoclonales que las detecten y que serán la base para las pruebas de antígenos”, señalaron desde la dirección del proyecto. La Agencia CyTA-Leloir explicó que “los test de antígenos complementan la técnica de PCR (que es la que se utiliza actualmente para diagnosticar), resultan de bajo costo por no requerir equipamiento ni instalaciones”, y “no requieren amplificar secuencias genéticas del virus (como la PCR), sino que revelan directamente la presencia del virus a través de su nucleoproteína”. Por este motivo, son más rápidas y pueden permitir poner la muestra extraída del paciente en un reactivo (tipo los test de embarazo).

“A través de métodos de ingeniería genética, conseguimos producir la nucleoproteína de SARS-Cov-2 en cantidad y alta pureza. El hecho de que sea mucho más abundante que la proteína espiga o ‘spike’ en el virus (la que le da la forma de corona), implica que las pruebas orientadas a detectarlo puedan ser de mayor sensibilidad”, afirmó el investigador, quien añadió que su equipo también está involucrado en la producción de anticuerpos monoclonales necesarios para el desarrollo de kits de antígenos.
Para este fin, el laboratorio está actualmente buscando socios estratégicos en el país y la región con la experiencia en tecnología de tiras reactivas y llevarlo al mercado.
Otra aplicación es en la búsqueda de drogas antivirales que usen la proteína N como blanco terapéutico dada su importante función en el ciclo de vida del virus: “Para conseguir este objetivo, resulta fundamental conocer el comportamiento biofísico, estructura y química de esa proteína”, explicaron desde el equipo de Investigación. También podrá ser utilizado en pruebas serológicas (que detectan anticuerpos en pacientes) y de vacunas, cuyos desarrollos hasta hoy se basan fundamentalmente en la proteína espiga: “Sin embargo, es importante estudiar e incluir además a la nucleoproteína si se quiere obtener un perfil inmunológico más completo de los pacientes y desarrollar estrategias preventivas y terapéuticas más efectivas”, puntualizaron.
“El sistema científico argentino ha demostrado una capacidad de respuesta notable durante la pandemia. Lo que sigue es poder proveer tecnología de segunda generación con el foco en una sintonía fina post-pandemia, generando herramientas adicionales y de alta sensibilidad, apuntando al ahorro de recursos y aprovechando las capacidades científicas y tecnológicas del país”, agregaron.

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