La eficiencia energética implica usar bien la energía, porque significa ahorrar sin perder en calidad de vida o en calidad de producción. Un ejemplo de esto es la introducción de nueva tecnología o el cambio de conducta de los consumidores. El concepto de eficiencia energética se refiere a la capacidad para obtener los mejores resultados en cualquier actividad, empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos y permite reducir el consumo de cualquier tipo de energía, y con ello, los posibles impactos ambientales asociados.